Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
Gracias a la iniciativa liderada por el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), y 30 organizaciones más a nivel global, se unieron para crear el Protocolo de la Esperanza, un instrumento legal para la protección de las personas defensoras de derechos humanos.
La iniciativa contó también con el respaldado de diversos expertos de las Naciones Unidas (ONU) y de exrelatores y exrelatoras de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que el pasado 16 de diciembre junto a las organizaciones sociales presentaron públicamente el “Protocolo de la Esperanza”, informa el CEJIL en su comunicado oficial.
“El Protocolo de la Esperanza” es la primera herramienta internacional que promueve una respuesta efectiva a las amenazas contra personas defensoras de derechos humanos, quienes protegen la democracia y los derechos a nivel global, de los cuales el 85% afirman recibir o conocer a alguien que recibió alguna forma de amenaza por su trabajo de defensa en los últimos años”, dice el CEJIL.
Asimismo, el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional destacó el trabajo realizado junto con personas expertas en derecho internacional y personas defensoras, con las cuales lograron establecer el “alto coste” que representan las amenazas en su contra y la impunidad de estos crímenes.
“El Protocolo de la Esperanza proporciona una hoja de ruta para el establecimiento de políticas públicas que aborden eficazmente las amenazas, así como las directrices a los Estados para una diligente investigación penal”, señala.
El CEJIL reseña que las amenazas en contra de personas que han venido defendiendo derechos es histórico a nivel mundial. De acuerdo con el comunicado, 3 de cada 10 personas defensoras que recibieron este tipo de agresión tenía como objetivo detener la actividad específica que apoyaban.
Así también, 2 de cada 10 de las personas defensoras expresaron que las amenazas estaban destinadas a causarles daños psicológicos o psicosocial; y que de 5 de cada 10 de estas personas defensoras, informaron que la amenaza tenía intención de advertirles sobre alguna forma de violencia futura contra si mismo, su familia, un grupo vulnerable o su reputación, informó el CEJIL.
Sobre las mujeres defensoras, el CEJIL reiteró en su comunicado que estas experimentan “amenazas específicas” que obedecen a los estereotipos de género y violencia contra ellas. Y que pese a su gravedad en general estas amenazas se mantienen en la impunidad, lo que aumenta el ciclo de violencia y amenaza.
“Las amenazas en contra de las personas defensoras tienen un profundo impacto en su vida diaria, la de sus familias y comunidades; en algunas situaciones, las amenazas pueden incluso constituir tortura”, acotaron.
“El 81% cree que no recibiría las mismas amenazas si su trabajo no estuviera relacionado con su labor de defensa. El Protocolo de la Esperanza responde a esta necesidad como herramienta para responder de manera efectiva a esta problemática”, reiteraron.
El CEJIL reafirmó que el Protocolo de la Esperanza tiene su nombre por dos razones, la primera se encuentra en el ámbito de su objetivo “garantizar un futuro esperanzador a las personas defensoras”, y la segunda, es en honor al pueblo del Oeste de Honduras: La Esperanza, la ciudad natal de Berta Cáceres, activista de los derechos indígenas, feminista y ambientalista asesinada en 2015, después de 33 amenazas no investigadas.
Entre las organizaciones que apoyaron la creación del Protocolo de la Esperanza están: ACJPS, APRODEH, CEJIL, Child Rights Connect, CCAJAR, CCJ, CMDPDH, COFAVIC, FIDH, FLIP, IFEXS, IHRDA, ISHR, No es Hora de Callar, OMCT, OXFAM, PBI, Protection International, REDRESS, RFK Human Rights, Unidad de Protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos -Guatemala.