Madrid/dpa
El Real Madrid quedó contra las cuerdas en la Copa del Rey al perder en casa por 2-1 ante un Celta de Vigo absolutamente brillante en la contención y dañino en las transiciones.
Iago Aspas fue la gran estrella del encuentro, correspondiente a la ida de los cuartos de final del torneo, al marcar el primer gol visitante y dar la asistencia del segundo, anotado por Jonny, que superó finalmente el tanto anotado poco antes por Marcelo para el Real Madrid.
Tras 40 partidos consecutivos sin perder, el conjunto de Zinedine Zidane sumó dos derrotas seguidas. Si el domingo cayó 2-1 ante el Sevilla, ayer repitió el mismo resultado, aunque esta vez en casa y en la Copa del Rey, que es todavía peor para sus intereses, pues está al borde del K.O. en una competición que ansía.
El Real Madrid hizo muchas cosas lo suficientemente buenas como para llegar al descanso con ventaja, pero entre ellas no estuvo el gol. El Celta propuso una magnífica presión, tan ordenada como dañina, y exigió mucho a su rival. Los blancos aplicaron paciencia, tiraron muchos centros y acumularon ocasiones, pero les faltó lo más importante, ese desborde final o ese remate efectivo.
Si la evolución de Cristiano Ronaldo parece ir hacia la posición de delantero centro puro, nada como el encuentro de ayer para constatarlo. Jugó inicialmente de “9”, como gran referencia arriba, pues Zidane dejó en el banquillo a Álvaro Morata y Karim Benzema. El actual Balón de Oro cumplió un partido muy discreto.
El Real Madrid siempre quiso sacar jugado el balón, a pesar de los riesgos, y el Celta tampoco renuncio a buscar el área rival con transiciones más rápidas que las de su rival. Por eso se vio tan buen primer tiempo, en el que el conjunto de Zidane quizá mereció más que el empate sin goles.
El equipo anfitrión comenzó la segunda parte con brío, pero todo se enfrió con la lesión de Marco Asensio. Tardó el encuentro en recuperar ritmo y lo hizo con el primer gol del Celta. Lo anotó Iago Aspas a los 64 minutos tras una buena contra y un mal despeje de Marcelo.
El choque se agitó y el Real Madrid igualó a los 69 minutos, con una volea de Marcelo, cuando el Celta había elegido refugiarse. Pero sólo tardó un minuto en recuperarse. Lucas Vázquez perdió un balón en zona prohibida, Aspas asistió y Jonny marcó con clase delante de Kiko Casilla.
Fue un tanto que heló definitivamente al Santiago Bernabéu. El Celta salió muy fortalecido de ese intercambio de goles y el Real Madrid acusó notablemente ese segundo golpe forastero.
El equipo local lo intentó todo hasta el final, pero no era su noche. En muchas otras ocasiones necesitó mucho menos para no perder un partido, pero esta vez le abandonó su capacidad para definir. Y, por supuesto, delante tuvo a un equipo brillante, con el indiscutible sello de Eduardo Berizzo, su entrenador.
Así, el Celta está cerca de repetir semifinales de Copa por segundo años consecutivo y dejar fuera a uno de los grandes favoritos del torneo.
En la otra eliminatoria disputada, el Alavés dejó prácticamente sentenciado su pase a las semifinales al vencer 2-0 en el campo del Alcorcón, de la segunda categoría del fútbol español.
El encuentro tuvo un desenlace sorprendente. Ibai Gómez entró a dos minutos del final, cuando el choque marchaba igualado sin goles, y marcó dos tantos en el tramo final. El primero fue con un disparo ajustado y el segundo llegó en un impecable lanzamiento de falta.