Vigo/España/dpa
Celta de Vigo y Atlético de Madrid empataron hoy sin goles en Balaídos en la apertura de las eliminatorias de cuartos de final de la Copa del rey del fútbol español en un encuentro más físico que técnico.
Fue un partido típico de Copa. Los dos equipos llevaron el partido al terreno del sudor y por eso hubo mucha emoción, treat pero poco espectáculo. El Celta acaparó la posesión, sovaldi sale un aspecto que no le importa demasiado al Atlético, que lo que siempre quiere es solidez defensiva. Eso no le suele faltar, y a ello apeló en Vigo con un Diego Godín lleno de jerarquía.
El Atlético comenzó el encuentro mejor posicionado y recuperó muy rápido el balón ante un Celta que tardó en entender las exigencias del encuentro. Cuando lo hizo, al cuarto de hora, se adueñó del balón y suyas fueron las mejores llegadas. Otra cosa fueron las ocasiones, que escasearon en las dos áreas.
Miguel Ángel Moyá, el arquero del Atlético de Madrid en la Copa, apenas tuvo que intervenir en un par de oportunidades. En cambio, el arquero del Celta, Rubén Blanco, no tuvo que atajar ningún balón antes del descanso.
El Atlético pareció insinuar algo diferentes en el comienzo de la segunda parte con un disparo de Jackson Martínez que obligó a Blanco a despejar el balón al córner. Fue la única impronta que dejó el colombiano en todo el partido y fue sustituido a la hora por el argentino Ángel Correa.
Para entonces, el Celta había vuelto a tomar el mando del encuentro y Simeone se dio cuenta de que necesitaba algo más en el centro del campo. Pero no encontró solución porque el problema no era otro sino la pelota. Perdía el balón casi inmediatamente.
El Atlético intentó el viejo plan -que tanto rédito le dio esta temporada- de intentar cazar un contraataque aislado, una acción individual de Antoine Griezmann o Yannick Carrasco, pero esta vez no ocurrió. Después se fue el francés.
Por su parte, el Celta echó de menos algo más de imaginación en la delantera, un jugador como el español Nolito, todavía lesionado. Su propuesta fue más ambiciosa que la del Atlético, pero no tuvo inspiración en sus delanteros.
La oportunidad más clara del partido ocurrió a nueve minutos del final, cuando el argentino Augusto Fernández no se entendió con Moyá y casi hace un gol en contra de su arco. Gabi sacó la pelota casi sobre la línea.
Así acabó un partido más intenso que bueno en una eliminatoria que se resolverá en la vuelta. El Vicente Calderón dictará sentencia la próxima semana.