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El Gobierno de México informó el martes que alrededor de 1.000 centroamericanos que cruzaron a México el pasado fin de semana, como parte de la caravana migrante que intentaba llegar a Estados Unidos, han solicitado el retorno asistido a sus países de origen.
El secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, informó en conferencia de prensa que de los 1.000 migrantes centroamericanos que pidieron ayuda a las autoridades para regresar, 110 ya fueron trasladados en un vuelo que salió de Villahermosa, en el estado de Tabasco, con destino a Honduras, mientras que otras 144 personas han salido por vía terrestre a sus países de origen.
«¿Por qué se dan esta clase de retornos tan rápido? Porque les habían ofrecido toda clase de informaciones que son incorrectas, por no decir falsas», acusó el canciller mexicano.
Según Ebrard, al contingente de 2.500 personas que llegó el fin de semana a la frontera entre México y Guatemala, a través de los cruces fronterizos de La Ceiba (Tabasco) y Tapachula (Chiapas), se les ofreció información sobre las solicitudes de refugio, permisos temporales para trabajar en el sur del país e incluso sobre los 20.000 empleos que la Administración de Andrés Manuel López Obrador está creando en Guatemala, Honduras y El Salvador.
«México tiene una de las posiciones más generosas del mundo respecto a los migrantes que vienen. En pocos países te ofrecen refugio, trabajo en la región sur o empleo del país del que tu vienes», dijo Ebrard. «El número de solicitantes de refugio [en México] ha crecido en un año diez veces», agregó.
– Incidente en Tapachula –
No obstante, el canciller acusó que el lunes pasado, cerca de 1.000 migrantes arribaron a la frontera de Tapachula y entregaron una carta que planteaba la suspensión de la ley de migración mexicana para que pudieran pasar.
El contingente de migrantes, la mayoría hondureños, buscaba obtener un permiso de tránsito en territorio mexicano con la esperanza de llegar a Estados Unidos. No obstante, les fue negado por las autoridades mexicanas porque las leyes no contemplan ese estatus migratorio.
Ante la negativa y la falta de certeza jurídica sobre si conseguirían inscribirse en algunos de los programas que ofreció el Gobierno mexicano, cientos de personas cruzaron por el río Suchiate, que en esta temporada del año, debido a su bajo caudal, permite hacerlo caminando.
Sin embargo, cuando los miembros de la caravana caminaban por el río Suchiate, las fuerzas de seguridad mexicanas lanzaron gases lacrimógenos y piedras; algunos de ellos, arrojaron de vuelta los proyectiles.
Medios locales reportaron que entre 400 y 500 migrantes lograron ingresar a Ciudad Hidalgo, en Chiapas. Sin embargo, la mayoría fueron detenidos durante un operativo instalado en la carretera con miembros de la Guardia Nacional y de Migración.
Respecto a las críticas a las autoridades mexicanas por el operativo del lunes, Ebrard aseguró que «la Guardia Nacional se comportó conforme a los ordenamientos que le han dado».