Página de inicio » Editorial » En el centésimo aniversario del Beato

En el centésimo aniversario del Beato

El Salvador ha estado de fiesta desde la semana pasada. Y es que ayer se celebró el primer centésimo aniversario del nacimiento del Obispo Mártir Oscar Arnulfo Romero, ahora Beato y muy pronto, según los deseos del pueblo, será denominado Santo, entonces sí, con mayor fuerza y orgullo lo llamaremos como lo bautizó el pueblo: El San Romero de América. Para tan significativa fecha, El Salvador ha tenido la visita de un enviado especial del papa Francisco, el Cardenal Ricardo Ezzati.

La celebración inició el viernes de la semana pasada con una Peregrinación que duró tres días, saliendo de la Catedral Metropolitana y culminando el domingo en Ciudad Barrios, la ciudad natal de nuestro Arzobispo mártir. Exaltación especial debe hacerse de la peregrinación, pues, fue también iniciativa de nuestro Cardenal Gregorio Rosa Chávez, en la que más de tres mil feligreses se apuntaron para participar.

Jóvenes y adultos de uno y otro sexo se pusieron al hombro la bolsa del peregrino y bastón en mano y con alegría iniciaron la caminata. La sed, el hambre y el cansancio no fueron detentes para culminar con júbilo la meta propuesta.

Hay que aplaudir, entonces, a esos “romeristas” o “romerianos”, que con su caminar no solo demostraron la fe y el amor a su arzobispo mártir, sino que invitaron al pueblo salvadoreño entero a unirse para superar, con la ayuda de Dios, por intercesión del Beato, los problemas aún vigentes que Monseñor Romero desde el evangelio denunció y por ello fue asesinado el 24 de marzo de 1980.

Quienes mataron a monseñor Romero –la Oligarquía y sus escuadrones de la muerte- habrán revivido su pecado, no así su arrepentimiento, a pesar de que el perdón del Beato lo tenían por adelantado.

En el libro La Teología de los Mártires del padre Juan Vicente Chopin, citando documentos del Vaticano sobre la beatificación, se lee: “Quedó en evidencia que muchos miembros de la oligarquía practicaban una falsa fe cristiana, en tanto estuvieron de acuerdo y promovieron el asesinato de Monseñor Romero”.

Pero no lograron la muerte de Romero, le dieron vida eterna no solo en el más allá, sino en la vida terrenal, por cuanto hoy está en los altares, a los que acude el pueblo para seguir sus enseñanzas, y la celebración de su primer centenario de nacimiento reflejó esto.

“Para mí estar en esta celebración me llena de gozo especial, porque a pesar de ser un país tan pequeño y conflictivo nos ha derramado bendiciones en nuestros corazones para seguir el camino de Monseñor Oscar Romero y del Cardenal Gregorio Rosa Chávez; esto prueba que somos un país chiquito pero estamos en el corazón de Dios”, manifestó Gloria Herminia de García, de la Parroquia de Guadalupe, Colonia Guatemala. Estas son las voces que valen, porque salen del corazón y la mente del pueblo, que es, además, donde nace la esperanza, la que no debemos perder si creemos en el Beato Romero.

Ver también

La única resolución legal y justa

Representantes de los principales espacios del movimiento social salvadoreño pidieron esta semana a la Cámara …