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Centroamérica asfixiada por regímenes autoritarios y acumuladores de riquezas: ACAFREMIN

Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino

Jerónimo Lars, consultor e investigador social, afirmó que en el actual contexto de la región sobresalen varios  factores como los regímenes autoritarios extractivistas, que han adoptado una forma de acumulación “militarizada”, la que no necesariamente sólo se relacione solo con la presencia del ejército, sino al uso de los mecanismos de control social.

“Buscan tener el control social y dan seguimiento y también a mecanismos de vigilancia y represión, que refuerzan a la judicialización de los liderazgos”, dijo Lars.

ACAFREMIN inició su IX Encuentro Regional, denominado “Por la Vida y la Salud de la Región contra el Extractivismo y la Criminalización”, que se desarrolla entre el 26 al 28 de junio, con el fin de analizar y compartir experiencias sobre el proceso de “regresión democrática”, que las organizaciones ambientalistas y sociales, reportan en sus territorios.

“Eso es lo que vemos en la región y se nota hasta en las estadísticas de inversión en los gastos de armamento y seguridad en Centroamérica, son datos cuantificables, y se debe a un nivel de desigualdad tan brusco que está recurriendo para garantizar las condiciones de acumulación e instrucción con regímenes  de infraestructura autoritaria y están reactivando esos dispositivos que históricamente han venido funcionando”, señaló.

“Son casos como Nicaragua, Guatemala, El Salvador que podemos ver, cuando se han comenzado a remodelar instituciones, reformado las leyes, y también están empezando a instalar operadores dentro de la dinámica de los regímenes”, reiteró Lars.

En cuanto, al segundo factor, agregó, está “el populismo autoritario y punitivo”, el cual está “jugando con el tema de la inseguridad y violencia”,  pero, esto forma parte del mismo “sistema” para ejercer un mayor control de los poderes del Estado y con la militarización de estos mecanismos y sus  “fines políticos”, los que no sólo van dirigidos a causas de esta violencia porque no era tanto tocarlas, sino que va más a los efectos.

“El tercer elemento, es un tema que tiene que ver con esta naturaleza del modelo extractivista,  -que digamos- es un modelo ensamblado a nivel local y transnacional, a un modelo que está tratando de generar acumulación de riquezas de locales e internacionales”, manifestó.

“Es un modelo que está destruyendo de una manera severa y drástica los bienes naturales y está creando zonas de naturaleza muerta, un sacrificio que por ahora, que no se puede evitar. He leído otras investigaciones que conectan el tema del extractivismo y minería, que también está generando expulsión de seres humanos lo que llamamos migración o movilidad humana. Hablamos de refugiados climáticos y en una región muy vulnerable como es Centroamérica”, explicó Lars.

En cuanto a estas tres amenazas más visibles que iban “retroalimentando perversamente a la población. Esta manipulación de las demandas y necesidades de las comunidades, permitía el accionar del “oportunismo político”, con el simple fin de sacar provecho de la gente.

“Están generando clara y abiertamente una lógica de acceder y controlar el poder a cualquier costo, y este es un problema que estamos viendo en Nicaragua y El Salvador. En Guatemala, -todavía un tema en el aire-, hay mucha incertidumbre, y en Honduras pues vemos un gobierno que ha chocado con una maquinaria autoritaria y represiva y no ha podido dar sus paso; además de sus contradicciones propias y graves en el proceso”, sostuvo.

Sociedad civil debe crear mecanismos de unidad regional

Para Lars, lo más importante de la población civil y que ha funcionado históricamente es la “resistencia que han mostrado las víctimas y comunidades”, lo que demuestra que era prioritario mantener en estos espacios sociales el análisis, tras citar el documento de Puebla Medellín, sobre ver, juzgar y actuar.

“Esa lógica de analizar y de comprender concienzudamente lo que está pasando de manera sistémica y estructural, ayuda a no tomarlo como un tema aislado. Cito el tema del régimen de excepción en El Salvador, que  no es un tema de seguridad en sí, sino que, un tema de control político y modelo de acumulación de riqueza y lo que garantiza ese sistema”, argumentó”. “La gente debe tener vasos comunicantes activos, entre las comunidades locales, entre las organizaciones defensoras, el sector académico que da conocimiento y herramientas y que también va sistematizando su aprendizaje de las comunidades, y trabajar  a nivel internacional, eso hay que aprovecharlo, así como las redes, los espacios, los vínculos y las buenas prácticas, buscando la posición social que une a la gente y amplificar los marcos de análisis para articular las causas y las exigencias”, refirió Lars.

Lars alegó que la incidencia debe ser de la gente y procesarla de esa manera en su lucha por la la tierra, al agua y la libertad de expresión, porque la sociedad civil, como tal, puede exigir su derecho a obtener conocimiento de información, a lo que  la prensa produce o denuncia, y el Estado debe garantizar.

“Esto es cómo hacer un marco de análisis donde los problemas son articulados, porque realmente  los problemas están conectados, y que el sistema trata de atacarlo de manera desarticulada -para hacer creer- que estamos fragmentados y que no tenemos que vernos como una sociedad más integrada, más solidaria y unida”, expresó.

“Esto es generar espacios de articulación, de intercambio, de complementariedad, pero también a nivel internacional como ADES, lo ha hecho que globalizó la lucha , que han hecho presión internacional y el gobierno tuvo que ir modulando el proceso”, consideró Lars.

Capitalismo Global tras bambalinas 

Jerónimo Lars afirmó que el Capitalismo Global, si está conectado en las crisis sociales por la defensa de los bienes naturales en la región centroamericana, que se puede deducir de los temas fiscales o jurídicos en estos países.

“Por ahora, hay denuncias de quemas de aldeas indígenas de Guatemala, con la presencia del Estado y un gobierno que se eligió democráticamente, entonces, existe un engranaje en el gran capital internacional que junto al capital nacional y el control del Estado, crea una estructura institucional. Hay infinidad de investigaciones de organismos internacionales que lo han evidenciado”, indicó.

“Esa conexión significa que el Estado está en función de los intereses transnacionales y también con la lucha ideológica de la narrativa dominante hegemónica -diciendo- que la inversión extrajera es buena, que esta agenda extractivista genera empleo, que trae, además, proyectos de responsabilidad social, cuando toda esa narrativa lo que busca es aprobación social o dividirla en todo caso y que la lucha sea menos resistente”, reafirmó Lars.

Ante esta situación, Lars consideró que se está formando un “sistema integrado que busca por todos los frentes diezmar a las comunidades”. Por lo que la población, tendrá que articular y asumir que sus luchas están relacionadas  con el aspecto ideológico, ambiental, económico y jurídico.

 

“En Centroamérica, el tema de los defensores y los periodistas, incluso, hay que hacer una lucha articulada en alianza con otros autores y también explotar más la espiritualidad. Yo creo que la espiritualidad Maya, Chorti, Lenca, el Laudato Si (Católica), deben articularse  porque toda esa espiritualidad está conectada con la influencia del cuidado de los bienes naturales, de la tierra. Y eso es fuerte y profundo”, puntualizó Lars.

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