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Centroamérica: la integración urgente

Iosu Perales

Son numerosos y sobre todo importantes los problemas que debemos abordar desde la esfera regional. La criminalidad en general y el narcotráfico en particular sólo pueden combatirse con una política bien coordinada entre gobiernos y policías de nuestros países, patient lo que incluye la creación de unidades especializadas de acción regional en coordinación con Méjico, viagra Colombia y Estados Unidos. Podemos hablar del medioambiente como otro campo donde es necesario una visión y un plan centroamericano que garantice nuestro ecosistema y el cuidado de la biósfera. En las áreas de la economía y de lo social, hospital es asimismo decisiva una política regional coherente e incisiva que nos coloque en un mundo globalizado como región competitiva y socialmente avanzada. Pero, ¿qué pasa con la integración? ¿Por qué avanza tan lentamente? 

El telón de fondo de esta situación es la ausencia de un liderazgo suficiente con un proyecto político, en un escenario en el que elites económicas y cúpulas políticas se inclinan más por la búsqueda de ventajas en los espacios de una liberalización económica liderada por los Tratados de Libre Comercio que por una construcción regional que exige sacrificios y demanda procesos complejos de responsabilidad social y política. Ahora bien, los países centroamericanos ya hemos perdido demasiado tiempo: en plena crisis mundial financiera, sólo mediante la integración se podrán tener herramientas para que cada nación y la región en su conjunto tengan estabilidad y atractivo para más y mejores inversiones.

La realidad es que el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) (constituido el 13 de diciembre de 1991) camina con mucho más lentitud que el proceso de integración dirigido por los mercados. Este último es hoy por hoy el  proceso más importante que avanza sin regulaciones, independiente de lo que dicen y firman los gobiernos. De este modo, cuando escucho que una buena parte de los movimientos y organizaciones sociales de la región no se interesan por la integración regional pienso que ese desinterés surge de una mirada escéptica ante lo que llamaríamos la integración “oficial” del SICA, sin tomar en cuenta que “otra integración” liderada por grandes empresas está tomando forma e imponiendo un nuevo escenario regional con un nuevo mercado laboral. Aumentan las inversiones intra-centroamericanas ya no en agricultura o ni siquiera en industria, sino en inversión en comunicaciones, centros comerciales, en los bienes raíces o inmuebles, turismo, servicios de energía eléctrica, etc, en una economía ligada a los servicios, lógicamente al comercio, y al sector financiero en una integración que impulsa la dolarización. Esto ocurre en un escenario económico-financiero que estimula un modelo con un alto porcentaje especulativo.

Lo cierto es que hasta el momento todo el andamiaje de la integración se apoya en declaraciones generales y en acuerdos vagos. No hay compromisos suficientes e impulsos concretos de los gobiernos que transformen nuestras sociedades y las conduzcan a una unidad regional sustantiva. En mi opinión, el gobierno presidido por Salvador Sánchez Cerén, puede liderar un avance más acelerado de unidad regional en todos los ámbitos de la arquitectura de la integración. Para ello deberá contar con los sectores productivos del país, con los sindicatos, con los estamentos universitarios y, en general con la llamada sociedad civil.

Desde luego es y será importante la participación ciudadana. Desde la primera Cumbre Presidencial, los presidentes Centroamericanos, ya afirmaron que la participación de la sociedad civil en el proceso de integración regional es una cuestión principal. Desde este enfoque se creó  el CC-SICA. Como reza en su acta fundacional el Comité Consultivo del Sistema de la Integración Centroamericana es el órgano de la sociedad civil, independiente y autónomo, convocado para fortalecer la integración, el desarrollo y la democracia en Centroamérica desde su fundación y constitución definitiva, como órgano del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), en el año de 1996. Integrado mediante cooptación por sectores empresariales, laboral, académico, mujeres, indígenas, afro caribeños y otros sectores del Istmo Centroamericano busca promover y facilitar la participación de la sociedad civil en el proceso de integración centroamericana.

Pero en la realidad práctica hay mucha desconfianza de los gobiernos hacia la sociedad civil. Se teme a las opiniones y propuestas de las organizaciones sociales; en todo caso parece que molestan pues es más cómodo gobernar sin concertar, sin dialogar con la sociedad: hay un afán centralizador y se carece de marcos legales que obliguen a los gobiernos a aceptar de buena gana espacios participativos. En este sentido el marco del CC-SICA es muy insuficiente y escasamente representativo, tal y como lo denuncian centenares de organizaciones sociales de la región.

En todo caso no habrá una buena integración sin ciudadanía centroamericana. Y esta ciudadanía solamente se construye desde la participación.

Se trata de que lo firmado acerca de la participación de la sociedad civil se haga realidad. Pero la sociedad civil, las organizaciones, deben proponer su propia agenda regional. El impulso de la Carta Social con consecuencias jurídicas y prácticas es algo fundamental. No debe permitirse una integración coja, exclusiva de los mercados. Es esencial que las grandes mayorías de la región vean reforzados sus derechos en el marco centroamericano. También, en particular, deben plantear el cumplimiento irrestricto de los códigos laborales. Un marco jurídico regional, resultado de la cesión de soberanías, es necesario para el obligado cumplimiento de los gobiernos de cuanto constituya acuerdo regional. No hay integración posible sino se acuerda la cesión de soberanías en diversos ámbitos. Las derechas nacionalistas (ARENA) no están por la labor, por eso, como pasa en Europa, no lideraran el proceso de integración social y política regional, esta es tarea de la izquierda y de la derecha civilizada. A la derecha de la caverna le vale con que sean las grandes compañías y empresas las que hagan una Centroamérica de los mercaderes. Y eso no puede ser.

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