Oscar López
@Oscar_DCL
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) indicó que la pandemia profundizó los problemas estructurales del mundo del trabajo. Precisó que 54 % de los trabajadores latinoamericanos son informales, 20.6 % de los ocupados viven en pobreza y 5.7 % en pobreza extrema.
Bárcena añadió que el impacto de la pandemia conlleva una gran desigualdad de género, ya que las mujeres tienen menos probabilidad de trabajar, mayor tasa de desocupación y están sobrerrepresentadas en empleos mal pagados y desprotegidos, 60 % de ellas trabajan en sectores informales.
Además, precisó que 20 % de los jóvenes no trabajan ni estaban recibiendo educación o capacitación, y muchos trabajadores no tienen derecho a crear sindicatos ni participar en ellos. “En 20 de 25 países hay limitaciones al derecho a la negociación colectiva”, indicó Bárcena.
La secretaria ejecutiva de la CEPAL recordó que la región sufrirá una caída del -9.1 % del Producto Interno Bruto (PIB) en 2020, la peor en 100 años, y un desplome del comercio del -23 %, con fuertes efectos negativos en el mercado del trabajo.
“Vemos una reducción de horas, caída de salarios y despidos en el trabajo formal, donde se podrían perder cerca de 9 millones de empleos. En el trabajo informal, en tanto, hay una caída del empleo por distanciamiento y prohibición de circulación, y menor acceso a compensaciones de ingreso”, precisó.
La funcionaria de la CEPAL añadió que la destrucción de empresas a raíz de la pandemia afectará gravemente al empleo formal (34 %). Por lo que precisó que, según estimaciones de la Comisión, cerrarán 2.7 millones de empresas en la región, de las cuales 2.6 corresponden a microempresas.
Bárcena advirtió que la pandemia afectará a 44 millones de personas alcanzando una tasa de desocupación de 13.5 %. Puntualizó que, en los estratos bajos, el 76.2 % de los trabajadores no está afiliado a un sistema de pensiones y que ocho de cada diez latinoamericanos no ganan más de 500 dólares por mes.
CEPAL enfatizó en que la pandemia del coronavirus (COVID-19) profundizó los problemas estructurales del mundo del trabajo, lo que derivará en un aumento de la desocupación, la pobreza y la desigualdad.
Por ello, CEPAL consideró que los países requieren un nuevo pacto político que asegure una protección social universal para todos los trabajadores de la región.
También propone un pacto político para un Estado de bienestar y políticas sociales universales, progresivas y distributivas con miras a desmantelar la cultura del privilegio.