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Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, enfatizó: “Es imperativo introducir regímenes fiscales más progresivos y transparentes, es tiempo para un acuerdo tributario global sobre las industrias extractivas”.
La máxima autoridad de la CEPAL fue una de las oradoras de la “Mesa redonda global de alto nivel sobre industrias extractivas como motor para el desarrollo sostenible”, convocada por las Naciones Unidas en el marco de la Iniciativa sobre el Financiamiento para el Desarrollo en la era del Coronavirus (COVID-19).
La mesa redonda global examinó las recomendaciones principales del informe de política de António Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre industrias extractivas, e identificó las acciones concretas y medidas que pueden ser implementadas a nivel global, regional y nacional, guiadas por una transición justa y la meta de no dejar a nadie atrás.
Guterres señaló que las industrias extractivas generan grandes montos de ingresos por efecto de tipo de cambio, inversión extranjera directa e ingresos gubernamentales.
“Tienen el potencial de impulsar el crecimiento económico y la reducción de la pobreza pero, sin embargo, no podemos escapar del hecho de que las industrias extractivas están asociadas a una letanía de males. Nuestra responsabilidad compartida es asegurar que los beneficios de los recursos naturales alcancen a todas las personas de la sociedad, no solo a las élites, y que a la vez se salvaguarde el ambiente natural hoy y para las futuras generaciones”, declaró el secretario general de la ONU.
En su presentación, Bárcena indicó que a pesar de los devastadores impactos económicos y sociales del COVID-19 y los esfuerzos fiscales sin precedentes que hicieron los gobiernos de América Latina y el Caribe, la mayoría son considerados países de renta media, por lo que recibieron un limitado apoyo multilateral, lo que resultó en una severa contracción de su espacio fiscal.
“Lamentablemente, debido a los mejores precios de las materias primas y al aumento de demanda, algunos países se están reprimarizando como opción para la recuperación económica. Estamos retrocediendo en algunos casos, moviéndonos al extractivismo a costa de las personas y los recursos naturales”, advirtió Bárcena.
La secretaria ejecutiva de la CEPAL indicó que se estima que la inversión de un millón de dólares en minería, sin ningún valor agregado, genera solo un puesto de trabajo. “La concentración de las ganancias de productividad en pocas manos o corporaciones conspira contra el desarrollo sostenible”, dijo.
Por lo que Bárcena enfatizó en que es imperativo lograr un acuerdo global y regional entre las corporaciones y los gobiernos de los países desarrollados y en desarrollo para que se deje de presionar a estos últimos para que impongan menos regalías como una ventaja competitiva, y para que también se evite la convergencia a la baja que se da con los incentivos y exenciones tributarias, y que limitan los ingresos públicos y otros instrumentos relacionados.
Asimismo, Bárcena propuso canalizar los ingresos del sector extractivo hacia el desarrollo sostenible y la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con instrumentos innovadores. “Las políticas de recuperación deben apuntar hacia pactos sociales y políticos para la igualdad y hacia una transición global verde y azul”, remarcó.