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En su informe denominado “Panorama Fiscal 2021”, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) instó a los países de la región a mantener una política fiscal expansiva, con el objetivo de impulsar la reactivación económica y mitigar los efectos negativos de la pandemia del Coronavirus (COVID-19).
La CEPAL señaló que una recuperación transformadora post COVID-19 requiere una nueva orientación estratégica de los gastos e ingresos públicos. Según el informe, la dinámica del crecimiento en 2021 no logrará compensar la caída observada en la actividad económica en 2020 ni tampoco revertir los aumentos en la pobreza y desigualdad.
Por lo que el organismo internación planteó que también cabe esperar una lenta recuperación de los niveles de empleo que no permitirá recuperar la fuerte pérdida en los niveles de ocupación ocurrida el año pasado, siendo las mujeres las más afectadas con un retroceso de diez años en su participación laboral.
“Es importante extender los paquetes de medidas fiscales durante 2021 ante la fragilidad del proceso de recuperación económica y para continuar mitigando los efectos sociales, productivos y económicos negativos de la pandemia”, explicó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL.
Bárcena analizó los dos grandes desafíos que enfrentan las políticas fiscales en los países de la región: generar el financiamiento para mantener el gasto púbico frente a la pandemia, y fortalecer la sostenibilidad de una política fiscal expansiva. Ambos desafíos requieren repensar la orientación de las políticas de gasto e ingresos públicos, indicó. Según el informe, en 2020 América Latina y el Caribe fue la región en desarrollo más afectada por la pandemia del COVID-19, a la vez que se intensificaron las brechas estructurales en materia de desigualdad, espacio fiscal limitado, baja productividad, informalidad y fragmentación de los sistemas de protección social y salud.
Para hacer frente a los efectos sociales y económicos de la pandemia, los países de la región adoptaron políticas fiscales expansivas. La expansión del gasto público para atender la crisis y la caída en la recaudación tributaria conllevó aumentos significativos en los déficits fiscales y en los niveles de endeudamiento en la región, alcanzando un nivel promedio de la deuda pública bruta de los gobiernos centrales de 56.3 % del Producto Interno Bruto (PIB). A su vez, la región es una de las más endeudadas del mundo y presenta el mayor servicio de la deuda externa en relación con las exportaciones de bienes y servicios (59 %).
“Vincular la emergencia con la reactivación es esencial para potenciar el papel del gasto público en una trayectoria de desarrollo inclusivo y sostenible. Ello pasa por ligar la atención de demandas de corto plazo con inversiones sostenibles e intensivas en empleo, especialmente para mujeres, promover la transformación productiva y el fortalecimiento y universalización de los sistemas de protección social”, enfatizó Bárcena.