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Un llamado a aplicar medidas innovadoras y efectivas para garantizar el pleno ejercicio de los derechos de las mujeres latinoamericanas y caribeñas hizo la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en un momento en que las sociedades en varios países de la región se han levantado para exigir el fin de la violencia de género y de las desigualdades que atentan contra su bienestar y calidad de vida.
El organismo regional de las Naciones Unidas lanzó este lunes el documento Autonomía de las mujeres e igualdad en la agenda de desarrollo sostenible, que será discutido por autoridades, funcionarios internacionales y representantes de la sociedad civil presentes en la XIII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe inaugurada en Montevideo, Uruguay.
En las últimas décadas, la región ha reconocido la importancia y la necesidad de la igualdad de género como elemento sustantivo de la democracia y la justicia, destaca la CEPAL en el informe, pero remarca que aún persisten desafíos relacionados con las tres esferas de la autonomía de las mujeres (física, económica y en los procesos de adopción de decisiones) y sus interrelaciones.
La Comisión alerta sobre aspectos críticos como la violencia contra las mujeres, la sobrerrepresentación en los hogares pobres, la falta de ingresos propios y suficientes, la sobrecarga de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, las dificultades para decidir libremente sobre su vida sexual y reproductiva y la insuficiente representación en los espacios de poder, por nombrar algunos.
“Los nuevos retos que enfrenta América Latina y el Caribe demandan políticas públicas innovadoras y efectivas que sostengan y sean sostenidas por una arquitectura para la igualdad de género basada en instituciones sólidas y articuladas, así como en procesos de transversalización y participación claros”, planteó Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL. “Sin igualdad de género el desarrollo sostenible no es desarrollo ni es sostenible”, enfatizó.
Cada día mueren en promedio al menos 12 latinoamericanas y caribeñas por el solo hecho de ser mujer. De acuerdo con datos del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG), alrededor de 2014, en 25 países de la región, un total de 2.089 mujeres fueron víctimas de feminicidio.
Por otra parte, si en 2002 por cada 100 hombres viviendo en hogares pobres había 107 mujeres, en 2014 esa cifra aumentó a 118 mujeres. Paradójicamente, en el mismo período, la pobreza en la región cayó del 43,9% al 28,2%.
Según el informe, 29% de las mujeres no tiene ingresos propios (12,5% de los hombres) y 26% percibe un salario inferior al mínimo (18,3% de los hombres). En el otro extremo, solo un 7% de las mujeres latinoamericanas recibe ingresos iguales o superiores a cuatro salarios mínimos, porcentaje que se eleva a 16% en el caso de los hombres.
Tanto para los hombres como para las mujeres, la principal fuente de ingresos son los sueldos y salarios, que corresponden al 54% del volumen total de ingresos personales, por lo que la CEPAL reitera que “el mercado de trabajo es la llave maestra de la igualdad, dado que es allí donde se hace efectiva la redistribución de ingresos y también de derechos”.
En la región, 78,1% de las mujeres que están ocupadas se desempeñan en los tres sectores definidos como de baja productividad (agricultura, comercio y servicios sociales, comunales y personales), lo que implica peores remuneraciones, menor cobertura de la seguridad social y menor contacto con las tecnologías y la innovación.
A pesar de que se redujo la brecha salarial en 12,1 puntos porcentuales entre 1990 y 2014, las mujeres reciben en promedio solo el 83,9% de lo que reciben los hombres. La mayor diferencia se presenta en la población de mayor nivel educativo, subraya el documento.
Asimismo, las mujeres realizan entre el 71% y el 86% del trabajo no remunerado total que demandan los hogares, dependiendo del país. Más aún, la mitad de las mujeres en cuyo hogar hay niños o niñas menores de 7 años se encuentra fuera del mercado laboral.
En el documento lanzado hoy por la CEPAL se propone considerar instrumentos del mercado de trabajo, como el salario mínimo y la reducción de la jornada laboral para hombres y mujeres, de manera de hacer efectiva en términos de tiempo la corresponsabilidad del cuidado, así como analizar los efectos que tendría la aplicación de una renta básica universal o ingreso ciudadano sobre la igualdad de género.
Respecto a la tercera autonomía, el organismo regional resalta que la presencia de mujeres no supera el 30% en los espacios de toma de decisiones en los poderes del Estado: órganos legislativos (29,9%), cortes supremas (29,1%), concejalías (27,3%), gabinetes ministeriales (23,9%) y alcaldías (12,3%). En este sentido, se propone la paridad como criterio ordenador de la democracia.
Para el organismo de las Naciones Unidas, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus 17 objetivos (ODS) -aprobados por la comunidad internacional en septiembre de 2015- “abren una importante ventana de oportunidad para fortalecer el empoderamiento y la autonomía de las mujeres”. Urge “reposicionar los planes de igualdad de género como eje vertebral de las estrategias nacionales de desarrollo sostenible a mediano y largo plazo”, remarca.
La XIII Conferencia Regional sobre la Mujer, que se llevará a cabo hasta el viernes 28 de octubre en Montevideo, es organizada por la CEPAL y el Gobierno de Uruguay, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores y el Instituto Nacional de las Mujeres. Contempla una serie de paneles temáticos, mesas redondas y eventos paralelos.
Se espera la presencia de ministras de la Mujer y de otras altas autoridades de países como Argentina, Barbados, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Jamaica, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, Venezuela, entre otros.