Rosmeri Alfaro
@RosmeriAlfaro
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Latinoamérica se caracteriza por tener altos niveles de desigualdad que se manifiestan no solo en las brechas de ingresos entre ricos y pobres, sino también en logros y oportunidades de empleo, educación, salud, y en varios grupos de la población.
Por ello, el principal llamado en su trigésimo séptimo período de sesiones fue intensificar el combate contra la desigualdad e incrementar el trabajo para la erradicación de la pobreza.
La comisión afirmó que la reducción de la desigualdad en la distribución del ingreso en América Latina se ha ralentizado significativamente en los últimos años, pasando de un promedio de una tasa de 1.5% anual, entre 2002 y 2008 a un 0.4% por año, entre 2014 y 2016.
“La desigualdad no solo es injusta sino que es ineficiente e insostenible, porque genera y sustenta instituciones que no promueven la productividad ni la innovación, al premiar o castigar la pertenencia de clase, etnia, o género, y porque genera una cultura de privilegio que refuerza estas desigualdades, las incorpora a las relaciones sociales como algo aceptable y natural y las reproduce en el tiempo”, señaló la secretaria Ejecutiva de la CEPAL Alicia Bárcena, en la reunión realizada en La Habana, Cuba.
La máxima representante de la comisión regional presentó el documento “La ineficiencia de la desigualdad” que “enfatiza que las políticas en favor de la igualdad producen efectos positivos en términos de bienestar social y contribuyen a generar un sistema económico más favorable para el aprendizaje, innovación, el aumento de la productividad y protección ambiental”.