Por Santiago Piedra Silva/Paola López
Sangolqui/AFP
El gobierno de Colombia y la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) inician este lunes en Quito la tercera ronda de los diálogos de paz con miras a lograr avances en el cese al fuego bilateral antes de la visita del Papa Francisco a ese país.
Los delegados del presidente Juan Manuel Santos y del ELN retomarán en una hacienda jesuita a las afueras de Quito sus conversaciones hasta los primeros días de septiembre, cuando Colombia tiene previsto recibir la visita del pontífice argentino, según ambas delegaciones.
«Intentaremos avanzar en el tema de cese de hostilidades y de fuegos», escribió en su cuenta de Twitter el fin de semana Juan Camilo Restrepo, jefe negociador del gobierno.
De su lado el Ejército de Liberación Nacional apuntó que ambas partes tienen la «responsabilidad de dar un paso histórico» y concretar el cese al fuego bilateral «que brinde al país un apaciguamiento del conflicto armado».
Un acuerdo en ese sentido «permitiría aliviar la situación humanitaria de las comunidades en las zonas de mayor confrontación», indicó la guerrilla en un comunicado.
Para el analista Víctor de Currea el proceso «va muy sólido», pues hay un compromiso de ambas partes.
«Tanto el gobierno como el ELN están convencidos (de) que lo mejor que pueden hacer es declarar una tregua bilateral con la ocasión (de la visita) del papa y en eso se van a centrar los esfuerzos», dijo a la AFP el analista.
«Un binomio indisoluble»
Restrepo ha insistido en que el cese bilateral del fuego debe estar acompañado del fin de las acciones de la guerrilla en contra de la población civil, en particular el secuestro.
«El cese al fuego es imposible si simultáneamente no se cesan hostilidades contra la sociedad civil. Este es un binomio indisoluble», escribió Restrepo días atrás en una serie de trinos.
El ELN sostiene en tanto que «el Estado debe cesar las agresiones contra el movimiento social y garantizar la integridad de líderes y lideresas sociales» con el fin de llegar a la paz.
Para esta tercera ronda, el ELN llega con otras demandas que considera prioritarias: acordar los términos del desminado pactado en el primer ciclo y avanzar con acciones para permitir la participación de la sociedad en el proceso.
El ELN -la última guerrilla activa en Colombia tras la firma de un acuerdo de paz con las FARC en noviembre pasado- y el gobierno colombiano iniciaron la fase pública de negociaciones el 7 de febrero en Quito.
Ecuador, Brasil, Cuba, Chile, Noruega y Venezuela acompañan como garantes las conversaciones.
Con el diálogo de paz con el ELN el gobierno de Santos espera alcanzar la «paz completa», tras medio siglo de un cruento conflicto que ha enfrentado a guerrillas, paramilitares y agentes estatales, dejando 260.000 muertos, 60.000 desaparecidos y 7,1 millones de desplazados.