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Yanuario Gómez
@DiarioCoLatino
Representantes del Centro Salvadoreño de Tecnologías Aplicadas (CESTA) denunciaron la apropiación ilegal de tierras públicas, propiedad del lago de Coatepeque, efectuada por dueños de quintas aledañas, quienes además obstaculizan la labor de los lugareños que subsisten gracias a la pesca artesanal.
Ricardo Navarro, presidente del CESTA, expuso que los dueños de propiedades del lugar, además de robar las tierras públicas, se unieron para planificar actos de violencia y amenazas contra personas de la localidad que denuncian estos actos ilícitos. “Se han tomado estos terrenos y, debido a ello, los pescadores no tienen dónde estacionar sus lanchas; los turistas no tienen dónde bañarse, a menos que paguen lo que corresponde en una zona privada, cuando por ser de naturaleza pública todos deberíamos tener acceso”, dijo
Navarro. El titular del CESTA afirmó que muchos de los terratenientes, que llevan a cabo esta práctica ilegal de usurpación de tierras, forman parte de la Fundación Coatepeque, por lo que llamó a las autoridades de este colectivo a poner cartas en el asunto y evitar que sus integrantes continúen coartando el derecho al sano esparcimiento de los salvadoreños.
Navarro también solicitó el apoyo de la alcaldía municipal de El Congo, en virtud de cumplir con la responsabilidad de velar por el buen funcionamiento de su territorio y exija a los dueños de locales de la zona que dejen de robar bienes públicos, además de investigar todos los movimientos inadecuados que se evidencian en la zona. Al respecto, Amado Ramos, representante de la organización indígena Pasos del Jaguar, sostuvo que los dueños de las quintas y fincas aledañas al lago de Coatepeque están destruyendo lugares sagrados donde habitaban pueblos originarios e impiden a sus descendientes garantizar su seguridad alimentaria por medio de la pesca, al apropiarse ilegalmente de los terrenos. “También hay comunidades de lancheros que se dedican al turismo y se ven afectados debido a las medidas ejercidas por los dueños de las quintas, quienes alargaron sus cercos hasta las aguas del lago, construyeron muros y contratan guardias de seguridad para impedir el libre acceso al lugar”, afirmó Ramos.
