Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
Ricardo Navarro, director ejecutivo del CESTA, manifestó que en El Salvador más de la mitad o dos terceras partes genera desechos orgánico, que deberían ser convertidos en abono para regresarlo a la tierra, ante la más frecuente infertilidad de los suelos, la difícil producción de alimentos o sus altos precios en el mercado por su importación de otros países.
“Queremos expresar nuestra preocupación también por los desechos sólidos en el país, que estamos viendo que el problema continúa y el peligro que indican que puede agravarse mucho más, en el futuro cercano, porque el relleno sanitario de MIDES, que funciona más como un botadero está llegando a su límite máximo”, manifestó el reconocido ambientalista.
“El problema es que los mercaderes de la basura están proponiéndole en especial a las alcaldías municipales del Área Metropolitana de San Salvador (AMSS), procesos de incineración de basura. En esto debemos tener mucho cuidado y queremos advertirle a los alcaldes y alcaldesas de esto, porque la incineración tiene muy mala reputación en todo el mundo”, explicó Navarro.
Para el ambientalista las propuestas de MIDES sobre la incineración de los desechos sólidos la está promoviendo como un proceso de “gasificación”, técnica cuestionada por muchas organizaciones de protección al medio ambiente y científicos que monitorean la atmósfera del planeta.
Y dentro de estos procesos de gestión de estos desechos a través de la gasificación, se encuentra la pirolisis que se trata de la descomposición química de materia orgánica menos el vidrio y metales; también está el arco de plasma, que es un “arco eléctrico” que corta por un chorro de alta velocidad de gas ionizado fundiendo la materia.
“La única diferencia entre esos procesos de gasificación, pirolisis y arco de plasma, es que, en la incineración son dos etapas. La gasificación produce el gas de síntesis, al que se le debe dar fuego y sumando todo eso, las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) de contaminantes químicos peligrosos son los mismos en la incineración. De hecho, en Europa y Estados Unidos todos estos procesos se clasifican como incineración”, reafirmó Navarro.
“Claro, aquí todos los alcaldes y alcaldesas con todos los problemas que deben tener por no tener fondos, no se ponen a revisar la ciencia detrás de esto y no entienden la diferencia y no se lo están planteando como es”, sostuvo el ambientalista.
Sobre la situación de los jefes edilicios del territorio nacional, Navarro, acotó que les están “vendiendo la idea” que van a recuperar energía y con este proceso obtendrían beneficios económicos, dando lugar a falta de liquidez económica (FODES) los funcionarios estarían considerando aceptar este proceso de incineración pese a los antecedentes contaminantes.
“El problema es que al final no es una producción de energía -que les han hecho creer- porque cuando se le da fuego a muchos artículos esto va a necesitar reproducir esos artículos de nuevo y volverán a utilizar más energía, a la larga estos procesos de incineración no contribuyen ni a generar energía neta o mejorar el medioambiente”, reiteró.
“Todo lo contrario ese proceso consume más energía, generan más contaminación y contribuyen a los gases de efecto invernadero (GEI) y son extremadamente caros. Y lo menciono porque un proceso grande puede costar mil millones de dólares, y esto va hipotecar el futuro de las alcaldías del Área Metropolitana de San Salvador”, dijo Navarro.
Asimismo, señaló que cuando se incinera una tonelada o cualquier cantidad de desechos el 70% queda en gases tóxicos venenosos y el 30% en cenizas tóxicas, ambos altamente tóxicos, alertó Navarro, al señalar que las “cenizas tóxicas”, van a requerir de un relleno para su deposición, lo que no resuelve la existencia de rellenos y la única diferencia será un enterramiento de un 30 de un 100% de cenizas que son contaminantes al final.
“¿Qué creen de los gases tóxicos que despida ese proceso?, ¿A dónde los llevarían?, pues a los pulmones de la población, porque cuando se quema la basura en cualquiera de esos procesos con la intención de recuperar energía o deshacerse de un problema, pues tendrán una solución altamente negativa”, opinó.
El director del CESTA advirtió a los alcaldes y alcaldesas “a no equivocarse” con esta decisión de incinerar los desechos sólidos e hizo un llamado de atención a erradicar el plástico de un solo uso y la importación de basura al país, con fines de producción de energía como lo realiza una empresa transnacional que comercializa el cemento en el país.
“A El Salvador se está importando basura plástica para darle fuego, solo el año pasado importaron más de 13 millones kilogramos de basura o desechos plásticos mezclados esto no se puede reciclar a eso hay que darle fuego y claro eso debe estar parando en los hornos de Holcim, quien compra esas cosas, también compran llantas trituradas que traen por tierra 1, 250 contenedores que han entrado el año pasado con basura plástica”, añadió.
La recomendación de Navarro a los alcaldes y alcaldesas del Área Metropolitana de San Salvador (AMSS) fue a documentarse y asesorarse por técnicos y expertos para entender lo básico de la naturaleza en donde cualquier proceso que consume recursos, va a generar desechos pero si estos desechos entran en el ciclo de la vida, está dando un espacio a la viabilidad de la regeneración y es hacia donde deben enfocarse para salvaguardar la salud de la población.
“La basura se forma cuando los desechos no entran en ese ciclo de la vida, sino que se amontonan en cualquier esquina de las ciudades o se les da fuego en otros lugares y me parece absurdo importar basura plástica cuando aquí hay buena cantidad de este plástico de un solo uso”, al señalar que una pajilla que se utilice 5 minutos, son 500 años afectando la naturaleza luego de desecharla.
Navarro recalcó que este tipo plástico de un solo uso no deberían permitirse y que el cartón, papel, metal y vidrio, debería ser obligatorio recogerlo y reciclarlo para contribuir a un medio ambiente más sano.