@GloriaCoLatino
Filadelfo Recinos comentó que “regala el agua” de su pozo artesanal, viagra shop que instaló hace 16 años en su propiedad. El agua la obtiene del río Motochico, luego que la Alcaldía de Chalatenango decidiera cambiar la fuente de abastecimiento del río Tamulasco, por el de Los Amates.
“El agua de Los Amates cae con residuos y la gente no la quiere, entonces, vienen a mi casa y llenan su cántaro… aquí el agua es clarita, no tiene mal sabor y la regalo a la gente porque uno no puede aprovecharse del otro, todos somos pobres y debemos ayudarnos”, manifestó.
Filadelfo, junto a otro centenar de familias, tuvo que iniciar dos veces sus proyectos de vida, ahora, reside en los alrededores del casco urbano de la ciudad de Chalatenango, luego de salir de sus tierras por la inundación del embalse del Cerrón Grande durante la década de los años setenta.
“Somos originalmente de Potonico, pero las aguas se llevaron nuestros hogares, a mí no me gusta que nos digan reubicados, por eso estamos trabajando para cambiar el nombre, para llamarnos El Dorado 2, es cuestión de dignidad“, afirmó.
El recurso agua es un problema latente en Chalatenango. Organizaciones ambientales como PROVIDA, Juntas de Agua y la Mesa de Desarrollo Humano del municipio han hecho un frente común en el rescate de la indiscriminada deforestación de las cuencas de los ríos Tamulasco y Gualchoco.
Ambos cuerpos de agua están siendo utilizados como desagüe para aguas negras, grises o sin tratamiento a lo largo de su recorrido por el corazón de la ciudad chalateca; así como, comunidades que tiran basura a sus riberas lo que expone a esta ciudad norteña a convertirse en un desierto, en menos de diez años.
René Antonio Amaya, del Equipo Técnico de la Mesa por el Desarrollo Humano de la ciudad de Chalatenango, afirmó que la existencia de este espacio ciudadano se debe a la preocupación de un grupo de habitantes frente a los problemas de carácter social y ambiental.
“Somos ciudadanos preocupados que estamos unificados para coadyuvar a las instituciones a fin de ayudar en la resolución de los problemas que afectan directamente la población de nuestro municipio; porque la misma alcaldía de este municipio ha declarado que no tiene la capacidad de enfrentar estos problemas, eso lo tenemos claro”, expresó.
Amaya comentó que se encuentran trabajando en el rescate del río Tamulasco que es el principal tributario del agua que se consume en el municipio, con un porcentaje del 60%, de agua potable para toda la población.
Amaya explicó que existe una planta potabilizadora de agua que es propiedad de ANDA, para distribuir a la población pero 500 metros abajo el río Tamulasco sirve también como desembocadura de aguas negras del municipio que incluye al centro penal.
“Tenemos también en problemas a un río importante y que fue extremadamente vivo con sus especies como cangrejos y peces, el Gualchoco, que ahora le están cayendo también las aguas negras de las viviendas cerca del lugar y que contaminan también con basura.
El problema es que el gobierno municipal que ya lleva cuatro periodos, que solo se han dedicado a maquillar las calles y otras pequeñas obras, cuando la verdadera problemática es la condición de los ríos”, aseveró.
La Mesa para el Desarrollo Humano a manera de respuesta ha lanzado varios proyectos como la reforestación de las cuencas de los ríos y la práctica del reciclado para evitar acumulamiento de basura en el municipio.
“Llevamos cerca de 2 mil árboles y esperamos sembrar 4 mil más en los terrenos cercanos a la cuenca para que sean sembrados. Si nosotros no trabajamos en eso, no podemos pensar en un futuro para las nuevas generaciones… porque sin agua no hay futuro para ninguna sociedad y la historia lo documenta, aquellas civilizaciones que perdieron sus ríos, desaparecieron”, agregó.
El otro proyecto al que apuestan es de los reservorios de agua, que según Amaya es una iniciativa interesante y que podría a mediano plazo solucionar los problemas de abastecimiento en el municipio y se logran extenderlos podría ser una alternativa para todo el departamento.
“Nuestro proyecto más grande y desafiante es la renovación de las tuberías de aguas negras y servidas en el municipio de Chalatenango; hemos acudido a ANDA, MINSAL y el gobierno local. La denuncia solo sirvió para que el MARN realizara un estudio con la consultoría de la OPS, y el experto determinó que esta obra oscilaría entre 10 a 15 millones de dólares”, explicó.
No obstante, el gobierno local ha señalado que el único responsable es el gobierno nacional, dijo Amaya. “Esto se trata de voluntad política, por ahora lo ven costoso, pero esto permitiría favorecer a Chalatenango porque se descontaminaría los ríos Tamulasco y Gualchoco, tendríamos sistema modernos de tratamiento de aguas negras y servidas, sería un proyecto histórico para Chalatenango”, expuso.
Para José Jesús Rivera, presidente de la Red Departamental de Juntas de Agua de 13 municipios de Chalatenango, la problemática del río Tamulasco se centra en varios factores, el primero es la deficiente tubería en mal estado del penal que se encuentra al costado norponiente del casco urbano, las comunidades lanzando basura al cauce y la falta de lluvias por el Fenómeno de El Niño.
“En este momento, debido a las pocas lluvias el río Tamulasco ha visto mermado su afluente, entonces, viene más gente bañarse o lavar su ropa, porque no alcanza a comprarla; primero contaminan con los jabones y además están utilizando agua contaminada que baja de la zona del penal; y este año -precisamente- ha sido preocupante porque no hay mucha agua, pero tenemos una gran necesidad. Es una situación difícil, hay poco agua potable para las comunidades que tienen su propia demanda”, aseguró.
Rivera comentó que las comunidades de la ciudad de Chalatenango y Las Vueltas son los más afectados al punto, que muchas personas están padeciendo de erupciones y escozor fuerte en la piel, y los mantos acuíferos parecen estar agotando su caudal.
“La recarga del río Tamulasco baja de los cerros Cueva de León y parte de La Montañona, y son los riachuelos que engrosan el río Tamulasco que nace en el Caserío Los Naranjos, del municipio de Las Vueltas, que por muchos años, los pobladores han conformado un Comité Interinstitucional para atender la cuenca y realizar actividades de protección en la zona de recarga acuífera, pero, aquí abajo ya cambia todo”, sostuvo.
Solo entre los dos municipios se ven afectadas alrededor de 20 mil personas que están expuestas con un río que sirve de abasto para el consumo, pero sigue siendo contaminado. Por lo que, la Planta de Tratamiento de Aguas negras y grises es la demanda planteada por la población.
Omar Barahona, de PROVIDA, afirmó que vienen trabajando en el departamento de Chalatenango desde 30 años atrás, en componentes de reforestación, carga hídrica y saneamiento básico. Y que al formar parte del Comité Ambiental le están apostando al fortalecimiento de la participación social, para impulsar proyectos de vida y salud.
“Aquí convergemos varias organizaciones principalmente de protección al recurso hídrico, y estamos acompañando a este espacio plural para incidir en la agenda del Concejo Municipal para la construcción de una planta de tratamiento para las aguas servidas; porque necesitamos el involucramiento de todos ya sea, instituciones nacionales y locales”, aseguró.
No obstante, expresó su preocupación por la falta de institucionalizar el abordaje del proyecto desde los diversos enfoques que engloba una mega obra como la planta de tratamiento, la reforestación de las cuencas y el reciclado.
“Es preocupante para nosotros como institución porque esto también, afecta la calidad de vida de la población. Esto es preocupante para la situación porque la contaminación afecta a 13 municipios de la zona y Chalatenango”, puntualizó.
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