Ciudad del Vaticano/AFP
El Vaticano anunció este lunes que es objeto de chantaje por parte de un extorsionista que exige dinero a cambio de la devolución de dos cartas del genio del Renacimiento, doctor sales Miguel Ángel, stuff robadas de sus archivos hace unos 20 años.
El cardenal Angelo Comastri, arzobispo de la basílica de San Pedro, responsable del mayor templo de la cristiandad, recibió una propuesta en la que le solicitan dinero a cambio de los dos documentos históricos, uno de ellos escrito de puño y letra por Miguel Ángel, informó en un comunicado la sala de prensa del Vaticano.
«Naturalmente el cardenal rechazó la propuesta, ya que se trata de documentos robados», recalcó en la nota el potavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
Los documentos históricos desaparecieron de la llamada Fábrica de San Pedro, la entidad que se ocupa de todo lo que concierne la conservación y el decoro del templo.
En 1997, la encargada del archivo, Teresa Todara, señaló la desaparición de dos documentos al cardenal encargado entonces de la basílica, Virgilio Noé, quien denunció el hecho a la policía italiana.
Desde entonces la noticia no había trascendido y sólo salió a la luz este lunes con la declaración de Lombardi.
Un archivo único
La Fábrica de San Pedro, un archivo particular que se encuentra dentro de la basílica, contiene numerosos documentos valiosos sobre la historia del edificio, construido sobre una antigua basílica romana.
La actual basílica empezó a construirse en 1506 por orden del papa Julio II y finalizó cien años después, en 1626. En ella trabajaron algunos de los arquitectos más renombrados de la historia, como Donato Bramante, Miguel Ángel y Bernini.
Entre los numerosos documentos que conserva el archivo figuran dibujos, planos, enormes maquetas, cartas, recibos, mensajes firmados por ellos y considerados piezas clave de la historia del arte y la arquitectura.
En 1546, el papa Pablo III encomendó la dirección de las obras a Miguel Ángel Buonarroti, quien retomó la idea de Bramante y aportó una de serie de cambios, entre ellos la construcción de la célebre cúpula, realizada justo sobre el altar mayor, el sitio donde según la tradición se encuentra la tumba del apóstol Pedro.
La cúpula se terminó de construir 24 años después de la muerte del Miguel Ángel, en 1564, conocido por ser un artista sumamente minucioso, exigente y muy atento al dinero, del que se conservan numerosas quejas de pagos atrasados por sus servicios.
Según el diario Il Messaggero, el papa Francisco autorizó la apertura de una investigación interna con el fin de recuperar las piezas robadas.
Según el diario, un «exfuncionario del Vaticano» ofreció al cardenal Comastri servir de intermediario con un anticuario para localizar los documentos por un precio de entre 100.000 euros y 200.000 euros.
Una información confirmada indirectamente por el portavoz del Vaticano, quien recalcó que el purpurado «naturalmente se negó» a pagar por algo robado.
Todo parece indicar que el ladrón de esa joya de arte probablemente era una persona interna, que podía entrar y salir del museo libremente, el cual sólo se puede visitar con una cita especial y acompañado.
Si bien el Vaticano minimiza el asunto, fuentes internas sostienen que una de las cartas robadas es particularmente valiosa porque fue escrita de propio puño y letra de Miguel Ángel.
Un documento único ya que el maestro de la pintura, autor entre otras de los frescos de la Capilla Sixtina, firmaba también las cartas de sus colaboradores.