JORDI PLANAS BOSCH, JUSTICIA Y PAZ DE GIRONA
El presidente Hugo Chávez (1999-2013) inició un proceso para Venezuela y América Latina que podríamos llamar política de liberación. Esencialmente es un proyecto de democratización del bienestar. Con una opción preferencial por el pueblo, los pobres, los humildes, con una filosofía patriótica humanista heredada del cristianismo social. Los avances sociales conseguidos en Venezuela son incalculables. Un ejemplo es que hoy es el país de la región con un nivel más bajo de desigualdad y libre de analfabetismo.
La rotunda victoria política de la Asamblea Nacional Constituyente con más de 8 millones de votos es un referente internacional contra el neoliberalismo y por la democracia. La oposición declara fraudulenta la votación. Para ello no aporta argumentos ni pruebas, pero sí violencia, sabotaje y sedición golpista. Mientras unos ejercen el derecho a voto los otros queman urnas, ponen barricadas … El terrorismo que alimenta la oposición es espantoso: mercenarios que queman toneladas de comida, asesinan personas indefensas o las queman vivas, destrozan hospitales y centros educativos, instituciones públicas … El heroico pueblo bolivariano de Venezuela es víctima de una agresión sistemática de los medios de comunicación con la más cruel manipulación de la realidad. Europa y EEUU (más ahora con Donald Trump), interesados por el petróleo y otras riquezas y materias primas del país, son el foco principal, con la CIA y el Comando Sur, donde se gestionan y planifican las acciones terroristas. En parte siguen el modelo de los que derribaron al presidente Allende en Chile.
Me gustaría que los medios dejaran de ser pura mercancía al servicio de los poderosos de turno; que ningún colectivo o institución no haga apología del terrorismo y que la oposición venezolana abandone el campo de batalla y la violencia y acepte dialogar en beneficio de todos.