Santiago / AFP
Miguel Sánchez
El gobierno chileno anunció que planea la descontaminación en la región de Valparaíso, en el litoral central, donde se registra grave crisis ambiental provocada por la emanación de gases de mineras y refinerías que afectaron a centenares de personas.
Las pequeñas localidades de Quinteros y Puchuncaví, ubicadas en la región de Valparaíso a unos 120 km al oeste de Santiago, han sido las más golpeadas por la emanación de hidrocarburos y gases de las industrias que se encuentran en la zona, provocando al menos dos episodios de contaminación en una semana, causando la furia de sus habitantes.
Más de 200 personas, en su mayoría menores, acudieron a hospitales con nauseas, problemas broncopulmonares e irritación ocular, entre otros síntomas. En tanto, las clases se encuentran suspendidas y decenas de pobladores decidieron realizar esporádicos bloqueos de las rutas de ingreso a estas localidades demandando la atención del gobierno.
La Oficina Nacional de Emergencia decretó el martes una segunda alerta amarilla en Puchuncaví y Quintero tras «un aumento del 46% en atenciones de urgencias asociadas a síntomas de intoxicación por sustancia desconocida», situación similar a la acontecida durante los días 21 y 23 de agosto, cuando comenzó esta crisis.
La ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, anunció este jueves un paquete de medidas destinadas a establecer un plan de descontaminación en la zona que incluya normas más restrictivas y un mayor control en el monitoreo de las emanaciones de sustancias que emanan de las industrias.
«Vamos a respetar la institucionalidad vigente que hay en el país y todas las instituciones fiscalizadoras serán apoyadas en todas las investigaciones que se realicen para establecer quiénes son culpables de cualquier hecho de contaminación», afirmó la ministra.
El plan dispone que las redes de monitoreo del aire que actualmente dependen de las industrias pasen a estar bajo la tutela del Estado «para garantizar un monitoreo independiente», sostuvo la ministra.
Asimismo, Schmidt anunció una auditoría en colaboración con Finlandia para el monitoreo del aire en la zona donde operan las refinerías y mineras. También se reducirá de 24 horas a una hora la medición de las emanaciones de dióxido de azufre y se exigirá que las operaciones de las empresas se ajusten a las condiciones de ventilación que se registren.
«Si las condiciones de ventilación de la zona son desfavorables disminuirán su actividad», explicó la ministra.
– Responsabilidades –
La zona afectada por esta crisis ambiental ha sido escenario de episodios de contaminación desde al menos hace medio siglo que han provocado la muerte de la agricultura y han reducido al mínimo la actividad pesquera en los poblados costeros de Quinteros y Puchuncaví, rodeados de industrias.
El área industrial de Valparaíso lidera la prevalencia de cáncer en Chile, junto con las regiones mineras del norte del país.
En medio de esta emergencia, el gobierno acusó a la Empresa Estatal del Petróleo (Enap) como responsable de uno de los episodios de contaminación.
La Superintendencia del Medio Ambiente anunció que formulará cargos a Enap y se abrirá un proceso sancionatorio por provocar «una exposición de grandes cantidades de hidrocarburos a la intemperie y la consiguiente emisión de compuestos orgánicos volátiles en condiciones tales que han afectado significativamente la salud de la población de Quintero».
«Para el Gobierno lo de Quintero no solo es inaceptable, sino que además es algo que es muy grave», manifestó Gonzalo Blumel, ministro secretario general de la Presidencia.
A través de una declaración pública, Enap rechazó las imputaciones hechas por el gobierno y anunció que asumirá acciones legales para defenderse. En tanto, el vicepresidente de la estatal, Gonzalo de la Carrera, renunció a su cargo en protesta por las sanciones, mientras que los trabajadores se declararon en estado de alerta en apoyo a la empresa.