Santiago/AFP
El gobierno chileno decretó «estado de catástrofe» y «emergencia agrícola» en dos comunas y dos provincias de la región central de Chile, afectadas por voraces incendios forestales que arrasaban más de 35.000 hectáreas.
«Instruí al Ministerio del Interior que decrete zona afectada por catástrofe y estado de catástrofe en territorios afectados por incendios», señaló la presidenta Michelle Bachelet en su cuenta en Twitter.
El decreto de estado de catástrofe regirá para las comunas de Cauquenes y Vichuquen de la región del Maule y las provincias de Cardenal Caro y Colchagua de la región de O’Higgins, la más afectada por los siniestros en los últimos días con 35.000 hectáreas quemadas, explicó el ministro del Interior, Mario Fernández.
Igualmente, los incendios de esta jornada dejaron 72 damnificados y ocho viviendas destruidas, pero no se informó sobre muertos o heridos.
«Esta resolución de la Presidenta de la República se sustenta en la envergadura y gravedad que han alcanzado los incendios que han asolado a esas regiones y comunas durante estos últimos días», señaló Fernández.
Se determinó, además, utilizar a efectivos militares que se encuentran en regimientos de las zonas afectadas para que colaboren en el combate de las llamas, y solicitar ayuda internacional, según un informe de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) difundido la noche del viernes.
«Dada la severidad de la emergencia desde este martes se realizan las coordinaciones junto al Ministerio de Relaciones Exteriores para solicitar apoyo internacional a los gobiernos de México, Estados Unidos, Argentina, Canadá, Brasil, Uruguay y Perú», informó Aaron Cavieres, director ejecutivo de la Conaf.
Olas de calor
Asimismo, se declaró «emergencia agrícola» para las zonas afectadas, en donde productores rurales enfrentan pérdidas totales en sus campos por el avance de las llamas.
La declaración de catástrofe y emergencia agrícola amplía la ayuda estatal y aumenta el despliegue de equipos de emergencias en las regiones atacadas por las llamas.
La semana pasada, el gobierno decretó «estado de excepción por catástrofe» en la comuna de Valparaíso, quedando un jefe militar al mando de la seguridad del lugar, luego de que un voraz incendio destruyera unas doscientas viviendas el segundo día del año.
Este viernes, el director de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), Aaron Cavieres, destacó que la seguidilla de incendios forestales, que comenzó en noviembre, «es una situación rara porque este año el período fuerte de incendios se adelantó dos meses».
Las altas temperaturas que soporta la zona central de Chile, que en enero ya sufrió varias olas de calor, han colaborado con la propagación de las llamas provocando incendios de grandes proporciones.
«Algunos brigadistas no habían visto incendios así en 50 años», concluyó Cavieres.
El fin de semana pasado tres brigadistas murieron y otros tres resultaron heridos de gravedad mientras combatían el incendio en la comuna de Vichuquén.
Acorralados por el hum
Las imágenes de quebradas y cerros devorados por las llamas se repetían este viernes en las televisoras locales, mientras nubes de humo se concentraban en varios puntos de la región central, incluido Santiago, una de las capitales con mayor contaminación de América Latina.
Si respirar aire limpio en Santiago es una misión casi imposible todo el año por su particular topografía, rodeada de cerros y la Cordillera de los Andes, en el último mes el humo de los incendios empeoró la situación, aunque sin ser aún un problema para la salud de las personas.
«El monitoreo de consultas diarias de enfermedades (respiratorias) se encuentra dentro de los parámetros normales esperados para la fecha, no hay afectación obvia y directa que preocupe por el momento», comentó el subsecretario de Salud Pública, Tito Pizarro.
El viernes, el humo se suma en la zona central el asedio de una ola de calor que llevó a las autoridades a declarar una alerta meteorológica, que incluye recomendaciones como evitar hacer ejercicio al aire libre y mantenerse hidratado.