Moscú/dpa
Chile tendrá que jugar las semifinales de la Copa Confederaciones de fútbol ante el Portugal de Cristiano Ronaldo tras empatar 1-1 con Australia en el último partido del Grupo B.
El tropiezo chileno en el estadio Spartak de Moscú lo abocó a la segunda plaza de su zona por detrás de Alemania, que venció 3-1 a Camerún en el otro duelo. De esta forma, los chilenos tendrán que medirse con los campeones de Europa el miércoles en Kazán.
James Troisi adelantó a los australianos en el minuto 42, mientras que Martín Rodríguez igualó el marcador en el 67. Chile quedó así segundo de grupo con cinco puntos, mientras que Alemania sumó siete y jugará el jueves en Sochi ante México la primera semifinal.
Hasta seis cambios introdujo Ange Postecoglou en su once inicial respecto al que se midió a Camerún tres días antes, con la principal novedad de incluir al veterano Tim Cahill desde el principio por primera vez en la Copa.
Australia necesitaba ganar al menos de dos goles para clasificarse sin depender de nadie más y demostró desde el principio que había estudiado bien el partido.
Los “Socceroos” presionaron muy arriba la salida del balón de Chile, ahogando desde el primer pase la fluidez del juego del equipo sudamericano, acostumbrado a llevar el peso del encuentro y someter al rival.
El técnico australiano mostró en la previa su admiración por el campeón de América y su deseo de emular algunas de sus virtudes. Pues bien, su planteamiento dejó claro que no mentía. Estaba dispuesto a disputar la pelota a los chilenos y a presionar sin miedo cerca de la meta de Claudio Bravo.
La primera gran oportunidad del partido fue sin embargo para Arturo Vidal, pero a su duro remate de volea respondió con una magnífica estirada Maty Ryan.
En el 36 fue el arquero chileno, que volvía a la titularidad después de meses lesionado, quien demostró sus reflejos ante Troisi, que con su movilidad volvió loca a una defensa rival que extrañó a su jefe, Gary Medel, reservado por las molestias físicas que sufrió ante Alemania.
Australia se empleaba a fondo. Luongo, Troisi, Cahill y Behich vieron tarjeta amarilla durante los primeros 45 minutos, que se cerraron con el escenario perfecto para los australianos.
Bravo arriesgó más de la cuenta y envió un balón difícil de controlar a Eduardo Vargas.
El delantero lo perdió justo en el centro del campo y la contra australiana, aunque algo confusa, fue letal.
La pelota acabó llegando a los pies de Troisi, que solo ante el arquero definió con delicadeza por encima.
Vidal pudo empatar al final del primer tiempo en una de las pocas veces en las que Chile pudo contraatacar, pero su remate de cabeza lo desvió Mark Milligan.
El desconcierto chileno quedó patente poco después, cuando mientras todos reclamaban fuera de juego, el balón llegó franco a Trent Sainsbury. Poco acostumbrado a manejarse en esa zona, el central “aussie” tiró alto.
El 1-0 seguía clasificando a Chile, pero Juan Antonio Pizzi tenía que reaccionar, así que en el descanso dio entrada a Pedro Pablo Hernández y Martín Rodríguez por Charles Aránguiz y José Fuenzalida. Más tarde recurrió también a Marcelo Díaz, su hombre de seguridad en el medio y al que hoy había dado descanso.
Chile necesitaba recuperar el mando del encuentro, pero sobre todo necesitaba crear peligro, así que Pizzi no dudó en adelantar unos metros a Vidal y buscar su cabeza con balones largos que permitieran luego una segunda jugada. Alexis Sánchez exigió a Ryan en una jugada que fue un aviso de lo que venía cuando Rodríguez aprovechó un balón prolongado por Vargas para lograr el empate.
El gol dio oxígeno a Chile, que pudo dar la vuelta al marcador poco después en una escapada de Sánchez que Vargas no acertó por milímetros a cabecear entre los tres palos.
En todo caso, ni las energías ni la presión eran ya las mismas, así que el partido estaba muy abierto. Kruse y McLaren pudieron adelantar de nuevo a Australia, pero ninguno conectó bien el remate.
El partido encaró así sus últimos minutos sin un dueño claro, pero sobre todo sin la intensidad y fuerza del comienzo. La hazaña australiana era ya imposible y Chile se conformó con el empate. Ahora le espera Cristiano.