China

Luis Arnoldo Colato

Transcurridas las semanas desde el anuncio de reapertura de relaciones con China continental, la derecha continúa cuestionándolo basándose en ideologías e intereses partidaristas, lo que carece de efecto pues la población jamás divisó ningún beneficio de los acuerdos con Taiwán, cuyas aportaciones fueron para comprar voluntades políticas, militares, y en particular, preservar el statu quo conservador.

Es decir, siendo su existencia foco de tensión política, económica y en particular, militar, la ha basado en el acompañamiento a regímenes autoritarios y atrasados, que vendieron su comparsa política a intereses ilegítimos, que a su vez, las compraron con dádivas y migajas para estas élites.

Dicho de otro modo: lo de democrático y pluralista es demagógico, puesto que la democracia es pluralista, es decir, “derivada y consecuente con…”, que implica un juicio integral y objetivo, lo que es semánticamente opuesto a lo planteado en el discurso de quienes niegan a China su lugar, mientras proponen de Taipéi aquello de lo que carece: una economía equivalente a la de su par continental.

Y es que al margen de subjetividades políticas, los arreglos contraídos con China abren espacios económicos solo imaginados (China representa un mercado de 1.386.395.000h -2017-, con un PIB per cápita de 8,827/SantenderTrader,2016/17), siendo la segunda economía global, con un crecimiento de 6,9% en 2017 según el FMI y una deuda hogar del 15% según esta fuente, lo que la llevará a ser la primera economía en 2032, adelante de EU, pues es el primer tenedor de su deuda externa.

Se debe subrayar que en apenas 30 años las políticas en materia económica de Beigin han sacado de la pobreza al 96,9% de su población, dejando por fuera a apenas 43 millones/personas [en 2011 habían 100 mill/h bajo la línea de pobreza], lo que destaca el éxito del programa económico en relación, por ejemplo, a la economía estadounidense que en 2010 tuvo 11,6% de pobreza, según la oficina de Censos, con un desempleo de 9%, y que en 2017 se tradujo en 15,1% de la población, lo que de corregir los males estructurales que la producen tomará de 6 a 8 años repararlo de acuerdo a Sheldon Dazinger director del National Poverty Center; es decir, el quiz al acercamiento a China es el hecho de que ella es prueba de que otros caminos son posibles {hay que recordar que apenas en los 70 a China se asociaba con oscuridad y atraso}, pues observando saltos de calidad económicos llegó a la posición que ocupa, que es la causa ulterior de la agresión económica de EU, pues el modelo propuesto por China es generador de riqueza para todos, mientras el de los EU es para pocos.

Entonces la medida es la correcta y los calificativos de “…arreglos oscuros…” emitidos por la derecha se deben aplicar a ella misma, pues sus convenios supusieron siempre un cohecho partidario y electorero, o un vulgar Unto en favor de la aristocracia y en detrimento del soberano, y que posibilita ahora la superación de las desigualdades sociales por vía del reacomodo comercial.

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