Por Moises Ávila
Lima/AFP
China garantiza que el tren que financiará para unir Perú y Brasil, ed pilule respetará el medio ambiente, buy en momentos en que surgen preocupaciones sobre su paso tanto por la Cordillera de los Andes como por la Amazonia.
«Las tres partes coinciden en que el estudio conjunto de viabilidad de este proyecto, no sólo va a ser favorable para el desarrollo, sino que también va a proteger el medio ambiente», aseguró el viernes el primer ministro de China, Li Keqiang, de visita oficial en Lima.
«China respeta la biodiversidad de Latinoamérica (…) es la cuna de la selva amazónica, un tesoro de todo el mundo. Para hacer infraestructura es necesario proteger el entorno ecológico», aseguró, en una declaración conjunta con el presidente peruano Ollanta Humala, tras la firma de 10 acuerdos de cooperación.
El proyecto, que costaría unos 10.000 millones de dólares, partirá de territorio costero brasileño, atravesará la Amazonia, tanto la peruana como la de Brasil, pasará por la Cordillera de los Andes y llegará hasta un puerto en el norte de Perú.
Li indicó que el trabajo de China al construir este ferrocarril que atravesará Sudamérica y unirá el océano Pacífico con el Atlántico, favorecerá la calidad de vida de los habitantes de comunidades locales, respetando costumbres y estilos de vida.
Perú y Brasil albergan en su Amazonia decenas de comunidades nativas que viven en constante lucha por la protección de sus territorios, parte de ellos afectados por la tala y minería ilegal.
Puerta de Sudamérica
Por su parte, el presidente Humala recordó que China es el principal socio comercial de Perú -con importantes inversiones mineras- y aseguró que tienen la intención de diversificar las exportaciones que envían al país asiático.
Sobre el paso del denominado Corredor Ferroviario Bioceánico Central (CFBC), Humala subrayó que «consolidará la posición geopolítica del Perú, como una puerta natural de Sudamérica».
Tras la firma del memorándum de entendimiento, Perú, Brasil y China deben iniciar el estudio de factibilidad de este proyecto.
«Es un proyecto ambicioso, en el cual vamos avanzando de manera responsable y dando pasos concretos para que consolide las economías de Brasil, Chile y Perú», señaló el presidente Humala.
El jueves, el viceministro de Comercio Exterior de Perú, Edgar Vásquez, consideró que este proyecto marca el inicio de una nueva era del comercio de Sudamérica con China.
Socio estratégico
Además del tema ferroviario, Perú y China firmaron otros nueve convenios relacionados con inversión industrial, cooperación económica y técnica, transportes, energía, educación, salud, asistencia humanitaria y agricultura.
En este último aspecto, se firmó un protocolo que facilitará el levantamiento de las barreras fitosanitarias para la exportación de palta (aguacate) a China, un tema que Perú ha impulsado mucho, como parte de su lucha para incrementar sus exportaciones no tradicionales.
Las exportaciones peruanas a China son actualmente un 95% materias primas.
«Hay más de 100 empresas que están trabajando acá, no solamente en los sectores tradicionales (minería, pesquería), sino también en rubros como energía, infraestructura, construcción, servicios bancarios, telecomunicaciones, etc.», detalló el jueves la embajadora china en Lima, Huang Minhui.
El gigante bancario Industrial and Commercial Bank of China (ICBC), número uno mundial del sector por capitalización bursátil, inició operaciones en Perú a inicios del año pasado.
El intercambio comercial anual es de 16.000 millones de dólares, tras la entrada en vigencia en 2010 de un tratado de libre comercio (TLC) suscrito entre ambos países en 2009.
Fue además el primer TLC entre China y un país de América Latina.
El primer ministro Li participará el sábado de una reunión de empresarios peruanos y chinos, y visitará a la comunidad china residente en Lima. El domingo parte a Chile, el último país de su gira.
Previamente, Li estuvo en Brasil, donde anunció inversiones por unos 50.000 millones de dólares, y luego visitó Colombia, donde declaró que su país se sentía atraído por las posibilidades de inversión que se abrirán en Colombia si se firma la paz definitiva tras más de 50 años de conflicto armado.