Sin ofrecer más detalles, la Cancillería comentó que las conversaciones presidenciales se coordinaron en respuesta al consenso alcanzado por Xi y Biden en septiembre para mantenerse en contacto por diferentes canales.
Este año los mandatarios dialogaron por teléfono en dos ocasiones como parte de los intentos por poner a un lado las diferencias entre sus países, atender las inquietudes en múltiples cuestiones y procurar un entendimiento satisfactorio para cada lado.
A la par, otros representantes de los dos gobiernos también se reunieron e incluso buscaron colaborar en cuestiones como el enfrentamiento al cambio climático, aunque persistan los roces en múltiples frentes.
En cada escenario el gigante asiático siempre remarcó la incidencia de los lazos Beijing-Washington para el mundo, rechazó definirlos de competitivos, como lo considera la Casa Blanca, y apostó por priorizar la cooperación.
Incluso, la Cancillería este viernes urgió a Estados Unidos a ver el desarrollo nacional de forma racional y objetiva, dejar de obstaculizar la confianza mutua y socavar la soberanía con actos de Guerra Fría como la apertura de un centro especial en la Agencia Central de Inteligencia para contrarrestar a China.