Beijing/Prensa Latina
China criticó que Estados Unidos se aferre a la rivalidad para definir el curso de las relaciones bilaterales, sin importarle el daño a los intercambios y la cooperación multisectorial, informó hoy el Ministerio de Relaciones Exteriores.
De acuerdo con la cancillería, esa postura la planteó Yang Jiechi, director de Asuntos Exteriores del Partido Comunista, durante una nueva reunión con el asesor norteamericano de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, que sesionó esta vez en Luxemburgo.
El funcionario protestó porque el afán de Washington por “contener y acosar” de cualquier manera al gigante asiático arrastró los vínculos a una “situación muy difícil” y afectaron severamente los económico-comerciales.
Llamó a la Casa Blanca a priorizar los principios de respeto mutuo, coexistencia pacífica y ganancia compartida para darle un vuelco a las discrepancias, así como corregir las percepciones estratégicas sobre China y traducir sus promesas en hechos concretos.
Yang recalcó el rechazo a la injerencia en asuntos internos como Hong Kong, Xinjiang, el Tíbet y el mar Meridional, advirtió contra el apoyo a las aspiraciones independentistas en Taiwán y aseguró que su gobierno no dudará en proteger la soberanía e integridad territorial.
Asimismo, convidó a Estados Unidos a procurar mejores interacciones con China en favor de la prosperidad, estabilidad y desarrollo en la región de Asia-Pacífico.
Mientras tanto, la Casa Blanca solo dijo en un breve comunicado que el encuentro en Luxemburgo permitió una discusión “cándida, sustanciosa y productiva” sobre varios temas de seguridad a nivel regional y global, y cuestiones claves de las relaciones bilaterales.
Agregó que Sullivan enfatizó en la “importancia de mantener abiertas las líneas de comunicación para manejar la competencia entre los dos países”.
Yang y Sullivan se reunieron tres meses después de dialogar cara a cara en Roma y después de su conversación telefónica del pasado 18 de mayo, en vísperas del viaje que el gobernante estadounidense, Joe Biden, realizó a Japón y Corea del Sur.
El mandatario demócrata en esa ocasión, aparte de reunirse con los anfitriones en esos países, también sostuvo pláticas con los líderes de Australia e India, y lanzó el Marco Económico Indo-Pacífico, una iniciativa destinada a aumentar la participación de Estados Unidos en el área y contener a China.
Ese pacto propone reglas para el comercio, los estándares digitales, las cadenas de suministros, protección a los trabajadores y tarifas, entre otros aspectos, y está llamado a sustituir el Acuerdo de Asociación Trans-Pacífico que el expresidente Donald Trump abandonó en 2017.
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