Por Julien Girault/Louis Doublet
Pekín/Washington/AFP
La relación entre China y Estados Unidos seguía tensándose este martes, después de que Pekín advirtió que «no se quedará ociosa» si Estados Unidos toma medidas que puedan dañar el comercio, tras el anuncio de Trump de una investigación sobre las prácticas de Pekín en temas de propiedad intelectual.
«Si Estados Unidos adopta medidas que puedan perjudicar los intercambios comerciales bilaterales (…) China no va a quedarse ociosa y tomará sin duda todas las medidas pertinentes para defender con fuerza sus derechos», indicó el ministerio en un comunicado publicado en su página web.
El presidente estadounidense, Donald Trump firmó en la Casa Blanca un pedido al representante comercial de Estados Unidos Robert Lighthizer para que examine si las políticas comerciales de China perjudican a inversores o compañías estadounidenses en lo relativo a la propiedad intelectual.
«Enfrentaremos a cualquier país que ilegalmente fuerce a las compañías estadounidenses a transferir su valiosa tecnología como condición para acceder a su mercado. Combatiremos la falsificación y la piratería que destruyen empleos estadounidenses», dijo.
«Protegeremos los derechos de propiedad intelectual, patentes, marcas registradas, secretos comerciales y toda propiedad intelectual vital para nuestra seguridad y prosperidad», añadió.
Trump dijo que Washington ya no tolerará que Pekín «robe» secretos industriales estadounidenses; una de las mayores preocupaciones de las compañías que buscan hacerse un lugar en el gigantesco mercado chino.
Pekín ya había advertido el lunes que si se desata una guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo «todos perderán».
«China y Estados Unidos deberían seguir trabajando juntos para un desarrollo firme y sostenido de las relaciones económicas», dijo la portavoz del ministerio de Exteriores de China Hua Chunying.
«Librar una guerra comercial no tiene futuro. No habrá un ganador», añadió y señaló que todos los países de la Organización Mundial de Comercio (OMC) deben respetar las normas.
Estados Unidos es el segundo socio comercial de China después de la Unión Europea. Empero Washington y Pekín tensaron sus relaciones desde que en abril Trump le hizo promesas al presidente de China Xi Jinping durante la cumbre que mantuvieron en abril.
Múltiples disputas comerciales
La investigación sobre la propiedad intelectual se suma a las varias que ya ha lanzado Washington sobre las prácticas comerciales de China, especialmente en lo que hace al acero y al aluminio.
Empero el inicio de una investigación no supone una confrontación inmediata. Lighthizer debería encontrar primero indicios de prácticas ilegales antes de abrir una investigación formal lo cual podría llevar casi un año, dijeron funcionarios estadounidenses.
En su exitosa campaña electoral y luego de entrar a la Casa Blanca, Trump acusó a China de socavar la economía de Estados Unidos.
El déficit comercial de Estados Unidos con China fue de unos 350.000 millones de dólares en 2016 y una y otra vez Trump ha sostenido que los productos chinos roban empleos a los estadounidenses, especialmente en el sector siderúrgico.
La semana pasada Washington anunció sanciones preliminares contra la importación de láminas de aluminio de China. No obstante, hasta ahora Estados Unidos no ha adoptado sanciones contra productos chinos
¿Corea del Norte en la negociación?
Trump dio a entender que su hostilidad a las prácticas comerciales chinas podría atenuarse si Pekín ayuda a tener bajo control a Corea del Norte, un país dotado de armas nucleares.
«Si China nos ayuda, me sentiría muy diferente en cuanto al comercio», dijo la semana pasada.
China, pulmón económico de la aislada Corea del Norte, anunció el lunes que suspenderá sus compras de varios minerales, entre ellos hierro y plomo, y también de productos del mar acatando así las sanciones que le impuso la ONU a Pyongyang por sus ambiciones nucleares.
Funcionarios estadounidenses señalaron que no existe relación alguna entre las sanciones comerciales y el programa nuclear norcoreano.
Pekín dijo lo mismo este lunes. Son dos asuntos «totalmente diferentes», afirmó la cancillería china.
Las nuevas acciones reflejan en particular la preocupación por la exigencia de Pekín de que las compañías extranjeras hagan alianzas con firmas locales.
Según Washington, eso es como servirle en bandeja a los chinos la tecnología estadounidenses.