Por Ludovic Ehret
Pekín/AFP
China lanzó el lunes una nueva misión espacial con dos astronautas, en dirección su segundo laboratorio orbital, en el marco de sus preparativos para el despliegue en 2022 de una estación espacial tripulada.
Los dos hombres, Jing Haipeng y Chen Dong, despegaron de la base de lanzamiento de Jiuquan, en el desierto de Gobi (noroeste), a bordo de la nave espacial Shenzhou-11 («Nave divina-11»), propulsada por un cohete «Larga Marcha-2F».
Los dos astronautas llegarán en 48 horas a bordo del nuevo laboratorio espacial chino Tiangong-2 («Palacio celeste-2»), lanzado en septiembre. Ahí permanecerán un total de 30 días, una duración récord para astronautas chinos, informó la agencia oficial Xinhua.
Los dos «taikonautas», como son llamados los astronautas chinos, llevarán a cabo experimentos en el ámbito de la medicina, biología, física, así como investigaciones sobre las tormentas solares y ensayos para la reparación de material.
Jing Haipeng, comandante de la misión, realiza su tercer viaje al espacio y celebrará su cumpleaños a bordo de la astronave.
Una potencia espacial
La conquista del espacio, coordinada por el Estado mayor militar, es percibida en China como un símbolo de la emergencia del país. Pekín ha invertido miles de millones en programa espaciales para intentar equipararse en este aspecto a Estados Unidos, Europa y Rusia.
China envió su primer hombre al espacio en 2003. En 2013 cerró con éxito la misión tripulada «Shenzhou-10», tras 15 días en órbita alrededor de la tierra.
El país quiere desplegar en 2022 una estación espacial habitada, cuando la Estación Espacial Internacional (ISS) haya dejado de funcionar.
El presidente chino Xi Jinping dirigió un mensaje de felicitación a la tripulación de la misión Shenzhou-11, y subrayó que ésta debe asegurarse que «los pasos realizados por los chinos en la exploración espacial sean los más grandes y vayan lo más lejos», contribuyendo así a «hacer de China una potencia espacial».
El laboratorio Tiangong-2, al que se acoplarán los astronautas, está en órbita a 393 kilómetros de altitud, y está compuesto por dos conjuntos: una cabina de experimentos que también sirve como habitáculo, y un espacio de almacenamiento con paneles solares, motores y baterías.
Dos horas de tiempo libre
Durante su viaje, los dos taikonautas harán pruebas sobre la salud y la ingravidez, cultivarán muestras de arroz y llevarán a cabo investigaciones sobre el reloj atómico «frío» embarcado el pasado mes a bordo del «Palacio celeste-2», y cuyo sistema de enfriamiento de átomos mejora enormemente la precisión, según el diario China Daily.
El dúo de taikonautas tendrá derecho a dos horas de tiempo libre por día, para ver películas, escuchar música y hacer video-llamadas a la tierra.
«Hemos preparado para ellos más de 100 tipos de alimentación y bebidas» explicó al diario Wu Ping, vicedirectora del programa de vuelos tripulados.
Añadió que los dos hombres tendrán a disposición una máquina de correr y una bicicleta estática.
Además de esta estación espacial, Pekín lleva a cabo un ambicioso programa cuyo objetivo es enviar un hombre a la luna.
En diciembre de 2013, China consiguió hacer alunizar su sonda Chang’e-3, y luego desembarcar en la superficie lunar un vehículo teleguiado llamado «Conejo de jade», una misión que fue calificada de «éxito total». Este «rover» lunar halló sin embargo algunos problemas que lo sumieron en largos períodos de coma.
Pekín espera asimismo enviar una nave espacial en torno a Marte hacia 2020, antes de desplegar un vehículo teleguiado en el planeta rojo.