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Beijing / Prensa Latina
Los gobiernos de las urbes chinas de Beijing y Shanghái adoptan medidas para la clasificación obligatoria de basura doméstica, que implicará multas a aquellos ciudadanos o empresas que incumplan con las normas.
El manejo correcto de los residuos es una prioridad para el gigante asiático y forma parte de los esfuerzos por mejorar las condiciones de vida de los chinos y reducir el impacto de su crecimiento económico en el medio ambiente.
La nueva norma de clasificación de basura en Shanghái involucra a unos 24 millones de residentes permanentes, quienes ahora deben de separar los desechos en cuatro contenedores para evitar multas y ayudar a promover el crecimiento verde en esa nación.
Según las regulaciones, los ciudadanos deben tirar diariamente los desechos en tiempo y lugares fijos y separarlos en cuatro categorías que son secos, húmedos, reciclables y peligrosos.
Aquellas personas que no cumplan con esa regla podrán recibir penalizaciones de hasta 200 yuanes (29 dólares), mientras para las empresas e instituciones la multa ascenderá hasta 50 mil yuanes (unos siete mil 200 dólares).
Luego de Shanghái, la comisión de gestión urbana de Beijing dijo que también aplicará esa normativa, aunque en diferentes estándares de clasificación de basura.
Los más de 20 millones de residentes de la capital china deberán igualmente separar los residuos en desechos de cocina, reciclables y peligrosos.
De acuerdo con las autoridades capitalinas, los castigos para quienes no cumplan esa medida serán similares a los de Shanghái.
En 2018, Beijing recolectó 9,3 millones de toneladas de basura doméstica y de acuerdo con estimaciones oficiales, Shanghái genera unas 26 mil toneladas al día.
La semana pasada, el Gobierno chino anunció una partida de tres mil millones de dólares para la construcción de instalaciones para clasificar los desechos a nivel residencial a lo largo del país.
Además, para 2025, todas las urbes de China por encima del nivel de prefectura, que totalizan unas 300, deben completar sus sistemas de clasificación de basura, de acuerdo con una circular oficial emitida a comienzos del mes pasado.
Según datos del Centro de Investigaciones sobre Desarrollo del Consejo de Estado chino, solo el 38,3 por ciento de las casas del país clasificaba su basura en 2018.
Sin embargo, la cifra resulta un 11,4 por ciento superior a la de igual periodo del 2017.
Incluso, el presidente Xi Jinping consideró este mes la clasificación de basura como un símbolo del nivel de civismo que alcanza una sociedad e hizo un llamado directo a los ciudadanos a colaborar en la tarea.
