Por Ludovic Ehret/Pekín/AFP
China puso fin el jueves a la política del hijo único, sildenafil al autorizar a todas las parejas a tener dos, and en una decisión histórica que reclamaban demógrafos y economistas para frenar el envejecimiento de la población y estimular la economía.
La decisión fue tomada «para promover el equilibrio en el desarrollo» y «dar respuesta al envejecimiento de la población», indicó un comunicado del Partido Comunista Chino (PCC) leído en la televisión pública CCTV.
La medida llega dos años después de que el país comunista flexibilizara su política, permitiendo tener dos hijos a parejas en las que uno de sus miembros también es hijo único.
El fin de la política de limitar nacimientos -muy criticada por sus excesos, en particular los abortos forzados- era esperado, ante la multiplicación de los llamamientos de expertos y de centros de investigación oficiales.
La iniciativa fue tomada durante la quinta sesión plenaria del Comité Central del PCC, que se terminó este jueves tras cuatro días dedicados a adoptar el 13º plan quinquenal (2016-2020).
«¡Está muy bien!», dijo a la AFP Xiao Meng, una funcionaria de 26 años que se acaba de casar. «Ahora podré decidir en función de mi situación personal, profesional y familiar si voy a tener uno o dos hijos», aseguró.
China empezó a aplicar esta política a finales de los años 1970 para frenar la enorme natalidad de la época, estimulada durante años por el fundador del régimen, Mao Zedong (1949-1976).
El resultado ha sido el enorme envejecimiento de la población y un gran desequilibrio entre hombres y mujeres, a menudo en zonas rurales donde los hijos varones son ampliamente preferidos a las mujeres.
Las denuncias de abortos selectivos y de infanticidios son frecuentes, pese a la propaganda oficial que urge a la población a desprenderse de la mentalidad feudal.
En 2014 nacieron de media 116 niños por cada 100 niñas.
Algunos estudios oficiales cifran en 30 millones los hombres chinos que no pueden encontrar a una mujer, una «crisis de los solteros» que según las autoridades podría generar violencia e inestabilidad.
Diez años tarde
«Esta decisión llega diez años tarde», dijo a la AFP Yong Cai, profesor en la universidad de Carolina del Norte y experto en la política del hijo única, «pero más vale tarde que nunca».
La política del hijo único tenía algunas excepciones porque la casi totalidad de las 55 minorías étnicas del país no establan obligadas a seguirla ni tampoco las parejas de zonas rurales cuyo primer hijo fuera una niña.
En 2013, el gobierno autorizó a tener dos hijos a las parejas con uno de sus miembros que también fuera hijo único. Pero la medida no hizo aumentar la natalidad como se esperaba en el país, el más poblado del mundo con 1.370 millones de habitantes.
«Personalmente quiero dos hijos para que pueden crecer juntos», explica Xiao Meng. «Pero algunas parejas amigas mías, sobre todo las que ya tienen un hijo, no quieren otro porque no tienen la energía suficiente para cuidarlo», agrega.
Es el caso de un gran número de parejas, que por razones económicas o para seguir la costumbre sólo quieren un hijo, una tendencia que muchos demógrafos consideran preocupante.
Según un estudio chino de junio de 2014 basado en cifras de la ONU, China podría tener en 2050 unos 300 millones de familias formadas por un padre, una madre y un hijo único.
En esa misma fecha habrá, según el estudio, 11 millones de familias que habrán perdido a su hijo, con lo se convertirán en padres de edad avanzada sin ayuda y en muchos casos aislados.
«Actualmente muchos padres jóvenes, que no tienen hermanos ni hermanas, tienen que ocuparse en solitario de sus propios padres, es decir de cuatro personas», explica Zhang Wei, madre de un hija pequeña.
«El cambio de política anunciado este jueves permitirá aliviar esa carga», asegura.
En China se considera una obligación ayudar a sus padres, sobre todo si son mayores, pero para muchas parejas con pocos recursos esa tradición se convierte en un problema.
El anuncio de este jueves «es una buena noticia», dijo AFP Maya Wang, de la ONG Human Rights Watch, pero advirtió que «seguirá habiendo restricciones» y afirmó que se trata de una decisión adoptada por razones «esencialmente económicas», que no tienen en cuenta los derechos de reproducción de las mujeres.