Por Ben Dooley/Pekín/AFP
China expresó el jueves su viva irritación por la decisión estadounidense de vender armamento a Taiwán, sick incluyendo dos fragatas, por un valor de 1.800 millones de dólares.
Los equipos incluyen dos fragatas de tipo Perry, misiles antitanque y misiles tierra-aire Stinger.
El anuncio se hizo el miércoles en Washington y se inscribe en la estrategia estadounidense de reforzar a sus aliados asiáticos y a gobiernos preocupados por la creciente presencia de China en zonas marítimas en disputa en la región.
La encargada de negocios estadounidense en Pekín, Kaye Lee, fue convocada a la sede del ministerio de Relaciones Exteriores, donde el vicecanciller Zhang Zeguang le comunicó su enojo por ese respaldo a Taiwán, una isla considerada por China como una provincia rebelde.
«China se opone con firmeza a la venta de armas de Estados Unidos a Taiwán» y «tomará las medidas necesarias para proteger sus intereses nacionales», señaló tras el encuentro un comunicado del ministerio.
Entre esas medidas, precisó, se contempla la adopción de «sanciones contra los grupos [industriales] implicados en la venta de armas».
«China urge a Estados Unidos (…) a cancelar los planes de vender armas a Taiwán y a detener los contactos militares» con Taipéi, «para evitar mayores daños a las relaciones entre China y Estados Unidos y a la cooperación bilateral en importantes áreas», añadió la cancillería.
China y Taiwán se hallan separadas de hecho desde el fin de la guerra civil en 1949, cuando las fuerzas comunistas de Mao Tse Tung expulsaron del continente a los nacionalistas del Kuomintang (KMT), que se refugiaron en Taiwán.
Actualmente, solo una veintena de países, más de la mitad de ellos en América central y el Caribe, reconocen la soberanía de Taiwán.
Estados Unidos reconoció a Pekín en 1970, pero mantiene con Taiwán relaciones de aliado.
El Departamento de Estado alegó el miércoles que las ventas de armas, por un valor de 1.830 millones de dólares, se basan «en la ley de Relaciones con Taiwán y en una evaluación de las necesidades de defensa» de la isla.
El portavoz de la Oficina de Asuntos Político-militares del departamento de Estado, David McKeeby, recordó además que «la política de larga data de venta de armas a Taiwán» se mantuvo durante «seis administraciones estadounidenses diferentes».
Primera venta de armas en 4 años
Esta es la primera venta de armas a la isla en cuatro años, y se produce en un marco de tensiones crecientes por la fuerte afirmación de las reivindicaciones de Pekín sobre islas reivindicadas igualmente por aliados tradicionales de Estados Unidos como Japón y Filipinas y por otros países del área como Vietnam.
China construyó en particular varias islas artificiales con pistas de aterrizaje militares en el mar de China Meridional, que según observadores podrían asegurarle un control prácticamente total de la zona.
Esas instalaciones fueron sobrevoladas últimamente por aviones de Estados Unidos y de países aliados, que alegaron ejercicios de rutina en nombre de la «libertad de navegación» en aguas internacionales.
Unas maniobras que China denunció como violaciones de su soberanía nacional.
La venta de armas a la isla «atenta gravemente» contra las leyes internacionales, contra los principios que rigen las relaciones entre China y Estados Unidos, y contra la «soberanía de China y sus intereses en materia de seguridad», sostiene el comunicado chino.