Recordó que durante su existencia el cerco hostil provocó pérdidas económicas superiores a los 144 mil millones de dólares a la isla.
Según puntualizó el portavoz, el gigante asiático se opone a la imposición de acciones unilaterales como esas o de otra naturaleza y aboga por mantener el orden internacional basado en las leyes y la justicia.
‘China cree que debe respetarse el derecho de cada país a escoger con independencia su sistema social y camino de desarrollo. China apoya con firmeza a Cuba en explorar un camino de desarrollo acorde a sus condiciones nacionales y rechaza la injerencia de fuerzas extranjeras en sus asuntos internos’, precisó.
Zhao también manifestó el respaldo de Beijing a la nación caribeña en el enfrentamiento a la pandemia de Covid-19, a mantener la estabilidad social y a mejorar el bienestar social, así como a profundizar las relaciones bilaterales y la amistad.
El funcionario se pronunció así al comentar sobre las concentraciones realizadas el sábado en Cuba en apoyo a la Revolución y la causa socialista.
La semana pasado el Ministerio de Relaciones Exteriores de China manifestó apoyo a la isla en la protección de la estabilidad social, rechazó cualquier intromisión en temas internos y exigió a Estados Unidos cesar ya el bloqueo, por considerarlo la causa principal de las carencias en medicinas y energía allí.
Remarcó la disposición de Beijing a trabajar con La Habana para implementar los consensos alcanzados por los máximos líderes y la profundización de los nexos amistosos cultivados durante 60 años.
Destacó la respuesta del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ante los sucesos acontecidos el 11 de julio anterior y deploró cualquier intento de intromisión en temas de índole interna en el territorio antillano.
China se sumó así a varias naciones y organizaciones del mundo que repudian los actos subversivos, manifestaciones y llamados a intervención en la mayor isla de las Antillas.
Analistas denuncian que se trata de una estrategia de Washington ya aplicada en otras naciones de América Latina y El Caribe para incitar el estallido social, preparar el terreno del uso de militares y la intromisión directa.