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China se mantiene desafiante tras protestas en Vietnam por litigio marítimo

Por Carol Huang
Pekín/AFP

El gobierno chino reafirmó el viernes su posición en el litigio de fronteras marítimas con Vietnam tras los disturbios en los que murieron dos trabajadores chinos, generando preocupación en Estados Unidos.

Los disturbios, que también dejaron un centenar de heridos, estallaron en varias ciudades vietnamitas en protesta contra el despliegue de una plataforma petrolera china frente a las islas Paracelso, en el Mar de China Meridional, reivindicadas por los dos países comunistas.

Un general chino proclamó que Pekín «no admitirá la pérdida de una pulgada» de lo que considera como parte integrante de su territorio.

«Lo que vamos a hacer es consolidar la seguridad de esta plataforma petrolera y asegurarnos de que seguirá funcionando», afirmó el general Fang Fenghui, jefe del Estado mayor del ejército chino, tras reunirse con funcionarios de Pentágono en Washington.

China había acusado la víspera al gobierno vietnamita de «connivencia» con los manifestantes que atacaron centenares de empresas chinas.

El diario estatal chino Global Times, conocido por su retórica nacionalista, acusó a Vietnam de «equivocarse» y de «seguir viviendo con la ilusión de que es posible hacer retroceder a China mediante presiones».

El rotativo esgrimió la amenaza de «medidas no pacíficas» en caso de «provocaciones» por parte de Vietnam o de Filipinas, país con el cual también China tiene litigios de fronteras marítimas.

«Las disputas en el Mar de China Meridional tienen que resolverse de manera pacífica, pero eso no significa que China no pueda recurrir a medidas no pacíficas en caso de provocaciones por parte de Vietnam o Filipinas», escribió el editorialista del diario controlado por el Partido Comunista Chino.

Tensión frente a la plataforma petrolera

Un fotógrafo de la AFP, a bordo de un buque de la Marina vietnamita, vio decenas de navíos chinos, incluyendo de la fuerza naval china, protegiendo la plataforma petrolera que originó la disputa.

Frente a ellos, navegaban buques vietnamitas, que les enviaban mensajes de radio que les advertían: «Están entrando en aguas de Vietnam, violando nuestra zona económica exclusiva y la ley del mar».

En cierto momento, sobrevoló la zona un avión que parecía formar parte de las fuerzas chinas.

En las ciudades donde se produjeron los disturbios, la calma se restauró tras el despliegue de numerosos contingentes de las fuerzas de seguridad vietnamitas.

El gobierno vietnamita llamó en un SMS al «patriotismo» y a «proteger la noble soberanía del país en el respeto de la ley», dos días antes de las previstas manifestaciones antichinas del este domingo en todo el país.

El presidente vietnamita Truong Tan Sang exigió que China retire la plataforma: «Antes que nada, deben retirarse»,dijo Truong, citado por el diario en línea Tuoi Tre.

Preocupación de Estados Unidos

China, que reivindica la casi totalidad del mar de China meridional, parece haber «evaluado mal» las reacciones suscitadas por su plataforma petrolera, opinó Bill Hayton, autor de «Vietnam: Rising Dragon» («Vietnam: el dragón emergente»).

«Ello ha encolerizado a la opinión vietnamita, endurecido la actitud del gobierno vietnamita y reactivado las teorías sobre la ‘amenaza china’ en el sudeste asiático», lo cual refuerza la posición de Estados Unidos en la región, según Hayton.

El vicepresidente estadounidense, Joe Biden, manifestó la «fuerte preocupación de Estados Unidos ante las acciones unilaterales de China en aguas disputadas con Vietnam».

La Casa Blanca insistió en que «ningún país debería adoptar medidas provocadoras orientadas a fortalecer sus pretensiones en zonas de litigio, de una forma que amenace la paz y la estabilidad en la región».

Biden hizo esas declaraciones tras haber recibido en Washington al general Fang Fenghui, quien sugirió que la orientación de las prioridades estratégicas de Estados Unidos hacia la región Asia-Pacífico había sido «utilizada» por países de la zona para «provocar» disturbios en los mares de China Meridional y Oriental.

Tras estos conflictos hay una historia de rivalidad entre los vecinos comunistas por la soberanía de las islas Paracelso y Spratleys, cuyos fondos podrían ser ricos en hidrocarburos.

Los dos países normalizaron sus relaciones en 1991 y sus actividades económicas se han visto cada vez más entrelazadas.

Pero la insistencia de Pekín en reivindicar casi todo el Mar de China Meridional preocupa a Hanoi y a otros países de la región.

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