Pekín/AFP
China prosiguió el lunes repatriando a miles de sus ciudadanos de Vietnam tras los disturbios antichinos de la semana pasada y suspendió parcialmente sus relaciones con Hanói en un marco de crecientes tensiones entre los dos países comunistas.
Los barcos Wuzhishan y Tongguling zarparon del puerto vietnamita de Vung Ang con casi 2.000 ciudadanos chinos a bordo, sales según la agencia de noticias oficial china Xinhua.
Son dos de los cuatro navíos, cada uno con capacidad para mil pasajeros, que China ha enviado a Vietnam. Los otros se encontraban a la espera, informó Xinhua.
«Por fin en casa», dijeron aliviados unos obreros mientras subían a uno de los barcos, informó la agencia, tras escapar de los disturbios antichinos más violentos que se han producido en Vietnam en las últimas dos décadas.
Las evacuaciones también se estaban haciendo por avión, especialmente las personas que resultaron heridas durante las manifestaciones, indicó el lunes el ministerio chino de Asuntos Exteriores.
La erupción de violencia antichina, que ha durado varios días, estalló después de que Pekín instalara una plataforma de perforación en una zona meridional del Mar de China Meridional que ambos países se disputan.
En los altercados murieron al menos dos chinos y más de 130 resultaron heridos. También han dejado importantes daños materiales en fábricas controladas por ciudadanos chinos pero también con capital extranjero como taiwanés, coreano o singapurense.
El domingo las autoridades vietnamitas desplegaron las fuerzas de seguridad para evitar nuevas manifestaciones antichinas.
Hanoi parece haberse dado cuenta de los devastadores efectos de perder la confianza de los inversores extranjeros, cuyo capital es imprescindible para el desarrollo del país.
Durante el fin de semana China había evacuado ya a más de 3.000 de sus ciudadanos, según los medios oficiales, y aquellos que tenían previsto viajar al país vecino tuvieron que suspender sus desplazamientos.
La página Ctrip, la web de viajes más importante del país, ofrece aplazar los viajes de aquellos que tenían previsto visitar Vietnam y devolver el dinero a quienes se han visto obligados a anular las reservas.
Pekín anunció el domingo la suspensión de varios programas de intercambios bilaterales tras acusar a Hanoi de «connivencia» con los promotores de los disturbios.
«Estamos barajando tomar otras medidas en función de la evolución de los acontecimientos», advirtió el lunes Hong Lei, portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores.
Pekín asegura tener una soberanía inalienable sobre la casi totalidad del Mar de China Meridional, en el que Hanoi y China se están disputando las islas Paracelso y Spratly.
Estos archipiélagos, que se encuentran en medio de rutas marítimas internacionales, tienen supuestamente unos fondos muy ricos en hidrocarburos.
China y Vietnam se enfrentaron en una batalla naval en 1974 en la que murieron alrededor de 50 vietnamitas.
Tras el conflicto, Pekín había tomado el control de las islas Paracelso, empeorando la histórica animadversión entre los vecinos comunistas.