San Petersburgo / AFP
Andrea Palasciano
Los presidentes ruso Vladimir Putin y chino Xi Jinping formaron el viernes un frente común para criticar el dominio económico estadounidense en la sesión plenaria del foro económico de San Petersburgo y exhibieron su estrecha relación económica.
El Foro, que se consideraba como el «Davos ruso» cuando la economía rusa estaba en pleno «boom», fue motivo para que Rusia y China mostraran el acercamiento político y económico operado en los últimos años.
Ante los inversores reunidos en la excapital imperial rusa, Putin defendió a China y condenó en la sesión plenaria del foro las tentativas de «excluir» de los mercados mundiales al gigante chino de telecomunicaciones Huawei, sospechoso de espionaje por las autoridades estadounidenses.
Putin agregó que «esto se califica ya en algunos medios de la primera guerra tecnológica de la época digital que ahora comienza».
Xi Jinping afirmó que «China está dispuesta a compartir con todos su socios sus inventos y sus conocimientos tecnológicos, en particular la tecnología 5G», declaró Xi.
Huawei se halla en una situación muy delicada desde que la administración del presidente estadounidense Donald Trump prohibiera en mayo a las empresas de su país vender material al grupo chino.
Esta decisión amenaza a Huawei, un gigante industrial muy dependiente de los chips electrónicos norteamericanos para su smartphones, según los expertos.
En plena guerra comercial con Estados Unidos, Xi Jinping fue recibido este viernes con todos los honores en el Foro.
El presidente chino, que llegó el miércoles a Rusia, ya tuvo un recibimiento fastuoso en el Kremlin, donde calificó a su homólogo ruso, Vladimir Putin, de «mejor amigo», antes de acompañarlo al zoo de Moscú para visitar a dos pandas regalados por China.
«El foro en 2019 ilustra claramente hasta qué punto el mundo se ha vuelto bipolar: la misma semana, el presidente (estadounidense Donald) Trump toma el té con la reina en Londres, y el presidente Putin recibe al presidente Xi en San Petersburgo», destaca Chris Weafer, fundador de la sociedad de asesoría Macro Advisory.
El acercamiento entre Moscú y Pekín –que cumplen 70 años de relaciones diplomáticas– se ha reforzado tras las medidas tomadas por Estados Unidos contra los dos países, bajo forma de sanciones o de guerra comercial.
– Putin pide «redefinir el rol del dólar» –
Putin instó a «redefinir el rol del dólar» en el sistema financiero mundial, al considerar que la divisa estadounidense se había convertido en «un instrumento de presión» utilizado por Washington.
«Es evidente que estos cambios profundos (del sistema financiero, ndlr) exigen adaptar a las organizaciones internacionales, redefinir el rol del dólar que, tras haber sido una moneda de reserva, se ha transformado en un instrumento de presión de su país emisor sobre el resto del mundo», declaró Putin.
Rusia vive un período de fuertes tensiones con Estados Unidos, que le ha impuesto drásticas sanciones económicas.
Rusia sigue siendo muy dependiente de la divisa estadounidense para sus intercambios comerciales, en particular para los hidrocarburos que representan una gran parte de sus ingresos.
Las autoridades rusas dicen desde hace tiempo que quieren «desdolarizar» la economía rusa, recurriendo a transacciones en monedas locales para sus intercambios con socios como China.
– Comercio récord –
La UE sigue siendo el primer inversor en Rusia, por delante de Estados Unidos y China. Pero en plenas tensiones entre Rusa y Occidente, los intercambios comerciales entre Moscú y Pekín aumentaron un 25% en 2018, para llegar a una cifra récord de 100.000 millones de dólares, según el Kremlin.
Rusia tiene gran necesidad de atraer inversiones, como lo recordó el jueves Putin, sobre todo en un contexto de ralentización económica a principios de año y una pérdida de popularidad del presidente ruso.
Al principio de su cuarto mandato, el año pasado, Putin anunció ambiciosos «proyectos nacionales» de varios cientos de miles de millones de euros, que es necesario financiar, y ello en un clima de negocios complicado.
El miércoles en el Kremlin se firmaron varios acuerdos comerciales, en particular uno muy simbólico en el que se encarga al gigante chino de telecomunicaciones Huawei el desarrollo de la 5G en Rusia con el operador local MTS.
Charles Robertson, jefe economista de Renaissance Capital, espera «grandes inversiones chinas en Rusia» en los próximos años, especialmente en el marco de las nuevas Rutas de la Seda, el gigantesco proyecto de Pekín.
Entre los grandes proyectos que vinculan a Moscú y Pekín figura el gasoducto Power of Siberia, gracias a una alianza de los gigantes ruso Gazprom y chino CNPC, y que permitirá entregar gas ruso a China desde noviembre de 2019.
CNPC y el Silk Road Fund poseen 29,9% (contra 20% para la francesa Total) del proyecto de gas natural líquido Yamal LNG, del ruso Novatek, en la Siberia ártica.