BEIJING/Xinhua
En las primeras horas de este jueves, en medio de la fina lluvia de otoño, más de 90.000 personas se reunieron en la Plaza de Tian’anmen, en el centro de Beijing, para esperar la ceremonia solemne de izamiento de bandera.
Mientras la bandera roja con cinco estrellas era izada hasta lo alto del asta, acompañada por el himno nacional, “La marcha de los voluntarios”, la multitud estalló en una ovación y gritó “¡Larga vida a República Popular China!” y “¡Que la gran patria sea próspera y fuerte!”.
“Sentí que el público fue uno en el momento en que tocaron el himno nacional. Este es el orgullo de los chinos”, dijo Wang Mingjun, un estudiante universitario de Beijing.
“Durante la epidemia, seguí de cerca los avances de la labor de prevención y control. Es una gran hazaña que nuestro país haya controlado efectivamente la epidemia en un período tan corto y que haya restablecido la vida normal”, dijo Liu Guangsheng, miembro del Partido Comunista de China de la provincia oriental de Jiangsu, quien también estuvo presente en la ceremonia de izamiento de la bandera.
Hoy jueves se conmemoró el 71° aniversario de la fundación de la Nueva China y también el Festival de Medio Otoño. Durante este festival tradicional, las personas comen pasteles de luna, disfrutan la luna y se reúnen con familiares.
Ma Yan, doctora del Hospital Provincial de Anhui, se reunió hoy con familiares. Ma fue una de los 42.000 trabajadores médicos de todo el país enviados a inicios de este año a la provincia de Hubei para combatir la epidemia.
“Sentí la felicidad de esta reunión y también me di cuenta de la gran dificultad con la que se ganó esta felicidad”, dijo Ma. “Es por los esfuerzos conjuntos y arduos del pueblo chino que hemos logrado resultados estratégicos importantes en el combate a la COVID-19”.
Este año es especial para el pueblo chino porque el país está decidido a realizar su objetivo de eliminar la pobreza, a pesar del impacto de la epidemia de coronavirus y de las raras inundaciones en las regiones del sur y este del país.
Durante el feriado de ocho días por el Día Nacional y el Festival de Medio Otoño se espera que el número de turistas nacionales ascienda a 550 millones. El turismo en auge aporta ingresos a muchos residentes de zonas rurales, especialmente a los de zonas pobres con paisajes únicos.
Antes del Día Nacional, Mouselazuo de 17 años, una residente de la etnia yi, regresó a su vieja casa en una aldea en un acantilado en el distrito de Zhaojue, provincia de Sichuan. En mayo, su familia se mudó a una nueva casa a 65 kilómetros de distancia junto con los demás aldeanos, como parte de un programa de reubicación para la reducción de la pobreza.
Debido al mejoramiento de los servicios de transporte, la aldea ha adoptado el turismo como nuevo ámbito de negocios. Mouselazuo se unió a la familia en la limpieza de la vieja casa, con miras a albergar turistas.
Zhao Zaori, un residente de la aldea de Lamujue, distrito de Jinyang, en Sichuan, está seguro de salir de la pobreza para fines de este año. Jinyang y Zhaojue son dos de los 52 distritos en todo el país que todavía deben eliminar la pobreza para fines de 2020.
Zhao también se mudó a una nueva casa que es financiada en parte por el gobierno local. Dijo que nunca se imaginó que su familia viviría en una casa tan acogedora con tres dormitorios y electrodomésticos.
“Rentaremos nuestro terreno agrícola a nuestros compañeros de la aldea y haremos dinero en la zona urbana el próximo año”, dijo Zhao.