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José Mejía
Transparencia Activa
Ahora que el fiscal Douglas Meléndez señala que se ha creado una instancia en la Fiscalía para investigar los delitos relacionados a corrupción (Grupo Contra la Impunidad) y sobre cómo se ha ido diluyendo en un sector de la sociedad la idea de solicitar una Comisión de Investigación Internacional a la ONU, Alamilla afirmó que si se instala dentro del marco de la Alianza por la Prosperidad del Triángulo Norte, sin que lo solicite el gobierno, eso sí sería una injerencia directa en asuntos internos del gobierno de Estados Unidos.
Como periodista, ¿cómo ve el papel y resultados de la CICIG en Guatemala?
En países como los nuestros donde la impunidad ha sido la característica de la justicia, donde la debilidad del Estado y de sus instituciones no han permitido que avancen los casos de asesinatos o corrupción sometidos a la justicia, donde hay una presencia fuerte de crimen organizado y de narcoactividad, pues una institución de Naciones Unidas, solicitada por el gobierno de Guatemala como la Comisión Internacional contra la Impunidad (CICIG) vino a dar un empuje a las investigaciones y a mostrar que cuando hay presupuesto y capacidades es posible avanzar en el combate a la corrupción.
Que es de lo que carecen las instituciones públicas
Exactamente, ni presupuesto, ni capacidad. En ese sentido, en Guatemala sí salimos ganando por ese proceso que inició, pero que en sus principios fue un fiasco, fue un fracaso y ahí te das cuenta que no solo es la institución, sino que quién la dirige también incide en los efectos y resultados que se consiguen.
Fue hasta que llegó el comisionado Iván Velásquez que la CICIG realmente retoma la función y el papel para la que fue creada y para lo que Guatemala lo solicitó.
Cuando empieza la investigación y aparecen casos terribles y vergonzosos para nuestros países como el involucramiento a alto nivel de funcionarios de gobierno que drenaron una gran cantidad de recursos por la corrupción, pues una entidad como esta era la que podía hacer eso, porque el Estado estaba infiltrado. Cómo se hacía investigación y llevar juicios y procesos si los principales interesados o involucrados eran altas autoridades del gobierno, tenía que ser un ente externo.
También tiene sus riesgos. Si la CICIG juega el papel que corresponde que es fortalecer la institucionalidad, entiéndase capacitación al Ministerio Público, y por supuesto en un proceso paralelo, avanzar en los casos que está investigando pero al mismo tiempo (lograr) el fortalecimiento de la institución, entonces ahí sí tiene sentido, porque no podés tener una institución para siempre sustituyendo el papel de las instituciones del Estado.
Pero se habla también de la CICIG como un mecanismo de injerencia de los Estados Unidos…
Hay también una visión que considera que nosotros ya perdimos la soberanía y se habla mucho de injerencias externas, Estados Unidos por su lado, porque la CICIG recibe muchos financiamientos de otros organismos, (ya que) es un ente muy caro.
El papel del embajador de Estados Unidos también ha tenido un papel clave
El papel del embajador (de Estados Unidos) no sólo interviene con la CICIG, sino en todos los aspectos del Estado, opinando en todo y haciendo presencia en todo. Se le vincula con la CICIG porque Estados Unidos sí apoya financieramente a la CICIG y muchos también creen que quienes gobiernan el país son ellos tres: el doctor Iván Velásquez, el embajador de Estados Unidos y la fiscal (Thelma Aldana). Esa es como una idea que hay en un sector.
¿Pero esta fórmula al parecer se quiere repetir en los tres países del Triángulo Norte?
El papel del comisionado Velásquez ha sido determinante en el éxito que ha tenido la CICIG en Guatemala, pero no debería ser para sustituir al Estado, (en Guatemala) ha sido para empujar estos procesos que no caminaban, pero particularmente para fortalecer a las instancias del Estado que es a las que corresponde hacer la investigación.
También ha hecho otras cosas como ahora estar empujando un proceso de reformas a la Constitución en el sector Justicia: CICIG, Ministerio Público y el Procurador de Derechos Humanos.
¿Qué tanta apertura ha tenido el poder judicial a depurarse y aceptar los cambios a través de las propuestas de la CICIG?
Yo creo que es uno de los (poderes) que ha puesto mayores resistencias y donde menos posibilidad de incidencia directa para transformar positivamente tiene la CICIG. Hay un cuestionamiento muy fuerte hacia la actual Corte, bastante cuestionada por la elección como presidenta de la Corte Suprema de Justicia de la abogada Blanca Stalin con un hijo en prisión por un caso de corrupción.
¿Cómo se ve que organismos internacionales con mecanismos de injerencia asuman el papel de las autoridades nacionales?
Por una parte se ve con simpatía y esperanza que una vez la CICIG cumpla con el papel para el que se llamó podamos salir fortalecidos como Estado, con un Ministerio Público fuerte y haciendo su función. Pero no se creó para siempre y quedarse ahí, aunque tenés que asumir que es un ente internacional que está jugando un papel que le corresponde al Estado, pero como tu Estado no lo jugó y lo pidió, entonces ahí lo tenés.
Aquí sabemos que hay una intención de poner una institución como esta, dentro del marco de la Alianza por la Prosperidad del Triángulo Norte, sin que lo solicite el gobierno y eso sí sería una injerencia directa en asuntos internos, aunque se diga que ya no hay soberanía no sé qué dirá el gobierno salvadoreño si está dispuesto a solicitar un ente como ese que es muy caro además. Tampoco la CICIG ha sido la solución a los problemas de Guatemala, mi país no solo tiene problemas de corrupción, nosotros tenemos un crecimiento de la pobreza como no hubo en América Latina, somos uno de los países más desiguales del mundo y nadie se indigna por eso, además del tema de justicia, pero en los departamentos andá preguntale a mucha gente a ver si sabe de la CICIG y no saben qué es eso, porque se están preguntando por la pobreza, entonces también debe haber interés por atacar las causas que generan y que proliferan la pobreza, porque sólo así se va a poder frenar la migración, porque si la gente tiene hambre, si los papás de los niños se fueron porque no tenían condiciones de vida se van a seguir yendo y eso no es por la corrupción, sino por la situación social tremenda que vive nuestro país.
