Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
Dina Larios de López, con un doctorado en Geoquímica e Hidrología, es catedrática en la universidad estatal de Ohio, Estados Unidos, y cuenta además con un doctorado en Geotérmica, áreas en las que ha trabajado por 25 años. Recientemente, impartió sus valoraciones sobre el proceso de cierre de minas y control del drenaje ácido, como consultora independiente de la Mesa Nacional frente a la Minería Metálica, en entrevista exclusiva con Diario Co Latino.
– ¿Cuándo inicia su trabajo investigativo de minería en el país?
Desde el año 2006 acompaño la lucha de la Mesa Nacional frente a la Minería Metálica, para evitar que se instale. Además, he dado seminarios sobre los impactos ambientales de esta industria, a la que conozco tanto, desde mi experiencia en Canadá como en Estados Unidos (Ohio), por las minas de carbón. He estado trabajando activamente con ellos, desde ese entonces y ahora estamos interesados en saber cómo cerrar las minas que están abandonadas en el país.
– ¿Qué implica un cierre seguro de minas?
El proceso de cierre y remediación indica que uno debe tratar de volver el área de la mina a sus condiciones originales, lo cual es imposible. Sin embargo, hay maneras de hacer las cosas, que son variables, dependiendo de la minas, pero que siempre se trata de reducir en lo posible el impacto que ha dejado, pero es más difícil con las minas abandonadas.
– ¿Por qué sería más difícil?
Porque de las minas abandonadas no hay un responsables; mientras en las minas activas, que tiene un dueño visible, se puede deducir una responsabilidad de proteger el ambiente y de proteger a la población, en contra de los efectos de la minería. Por ejemplo, leyendo los informes de parte de una consultoría que realizaron para el Ministerio de Economía (MINEC), encontré que reportaron que los respiraderos verticales, que aquí les llaman “pozos verticales” de las minas, muchos están abiertos y la gente los usa hasta de basurero, entonces, hay necesidad de cerrar todo eso y, asimismo, con las bocaminas (entradas a las minas subterráneas), porque es un peligro grande.
– ¿Cuál es el riesgo de una mina abandonada sin cierre?
Muchos riesgos, hasta los niños pueden entrar a jugar allí y normalmente, después de muchos años, cualquier estructura que ellos (mineros) hayan construido para sostener el techo de la mina obviamente está deteriorada y los derrumbes pueden ser frecuentes y pueden morir personas. Además, no son áreas que estén adecuadamente ventiladas como para tener un aire saludable para respirar; desde ese punto de vista, es imposible.
Desgraciadamente, en El Salvador se ha continuado trabajando de forma artesanal (güiriceros), aún después de la prohibición de la minería y, normalmente, esa explotación artesanal es más dañina; aclaro, dependiedo de la escala de extracción obviamente, puede causar gran daño, como también la industrial.
– ¿Por qué es más dañina la minería artesanal?
Normalmente, lo hacen con mercurio; entonces, este mercurio que se evapora también se dispersa durante ese proceso en la mina y en los suelos, y no sabemos hasta qué nivel ha llegado la contaminación de los suelos. A mí el problema que me dio más escalofrío es cuando fui al área de San Sebastián (Santa Rosa de Lima, La Unión), es comprobar que la gente está cultivando maíz y otras cosas encima de los desechos de las minas; o sea, es terrible porque los contaminantes están pasando a los alimentos que están cultivando y que consumen. Es necesario entender que los estudios (consultoría) que le realizaron al Ministerio de Economía no han sido malos, los consultores hicieron un trabajo bastante eficiente; excepto que fallaron -supongo- porque no lo podían hacer tan fácilmente y requería más tiempo y más dinero con el estudio del suelo, y verificar hasta dónde ha llegado esa contaminación en el suelo. Para mí, es lo más importante, porque la gente está utilizando ese suelo para cultivar.
– ¿Qué pasa con el tratamiento de los ríos?
Hay un montón de ríos pequeños que están recibiendo la contaminación de las minas, y estos desembocan en otros ríos y esos, a su vez, en otros cuerpos de agua. Básicamente, hay dos cuencas que están siendo afectadas, que son el Guascorán y el Grande de San Miguel, pero no se ha hecho un muestreo en ambos; necesitamos determinar mejor el estado de la contaminación de los ríos; o sea, un estudio más completo. Los consultores que trabajaron para el Ministerio de Economía, realmente, lo que hicieron fue un estudio macroscópico del problema e identificaron muchas cosas, pero se debe hacer más trabajo y otras cosas de entrada, como cerrar los respiraderos verticales o bocaminas, que son cosas sencillas y no necesitamos hacer grandes estudios para eso. Eso sí, son cosas caras porque hay que invertir en estos procesos.
– ¿Cómo se puede rescatar a estos ríos?
Es complejo, puedo comentarte que en Ohio se han rescatado ríos así (contaminados con drenaje ácido), que hemos tratado para remediarlos. Pero, aclaro, nunca hay una recuperación completa, eso es mentira porque siempre habrá una zona de sacrificio. Porque si usted le agrega un material alcalino al río y le sube el ph a 10, por ejemplo, es demasiado alto; pero, poco a poco, se neutraliza río abajo y se va diluyendo. Entonces, hay una zona de sacrificio, que es la zona impactada; después, una zona mejorada de recuperación y la zona de más abajo, la totalmente mejorada. Pero es tiempo y dinero.
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