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Ciudadanos progresistas, ¡a arrasar con la Asamblea y las Alcaldías

Carlos Girón S.

Conciudadanos: hay, click como dije ayer, otra consigna para todos en estos momentos. Es apremiante: el 1 de marzo próximo, hay que arrasar en la Asamblea Legislativa, con mayoría absoluta de diputados que piensen y vayan dispuestos a defender los intereses de la Patria y no sus intereses mezquinos y de grupo. Lo mismo es urgente hacer con los gobiernos municipales en los 262 municipios del territorio nacional.

Es imperativo arrasar en la Asamblea Legislativa con mayoría absoluta de diputados de consciencia patriótica y amor al progreso, y también con los concejos municipales en el país, ¿por qué?, ¿para qué? Para impedir que se frene el impulso, la fuerza del progreso, del avance en el camino recto y correcto del presente cambio pacífico y constructivo que está llevándose a cabo y beneficiando con creces a las grandes mayorías de la población de menores recursos y oportunidades.

Es urgente el predominio en la Asamblea Legislativa de gente amante del progreso y la superación, con el fin de impedir el bloqueo y entrampamiento de leyes y acuerdos que tiendan a alcanzar mayores y mejores metas de beneficios para la colectividad mayoritaria de nuestra población.

Cuando hay riesgos y serios peligros para el bien de la Patria y sus habitantes, aunque uno no quiera mezclarse en esas sinuosidades traicioneras de la política, no debe vacilar en salir a dar la voz de alerta.

En estos días, previos a las elecciones del domingo 1 de marzo, los ciudadanos salvadoreños, luchadores e idealistas, con loables aspiraciones de superación, que buscan y quieren siempre el progreso, personal, familiar y de la comunidad, deben demostrar su inteligencia y buen sentido de las cosas, reflexionar con serenidad, ponerse la mano en el corazón para recibir una guía inspirada que los lleve a dictar un fallo favorable y beneficioso para los destinos de la Patria. Esto quiere decir, votar a favor de candidatos de partidos que ya han demostrado que sí saben, quieren, pueden y han trabajado duro estos recientes años, por el bien del país, por la superación y el progreso del pueblo laborioso. Votar por ellos es pronunciarse por continuar en la ruta del progreso, el avance hacia un mañana más promisorio. Al hacer esto, el electorado debe poner oídos sordos a la cháchara de aquellos que se han acostumbrado a hacer una política de falsas y engañosas promesas, como lo ha constatado suficientemente el pueblo durante 20 años, antes del 2009. A ellos hay que cerrarles con trancas, candados y cerrojos tanto las puertas de la Asamblea Legislativa, como las de las alcaldías municipales en todo el territorio nacional. Hay que barrerlos para evitar que lleguen a destrozar lo que han edificado los gobiernos locales progresistas, con la colaboración de los habitantes.

Para el nuevo Congreso hay que procurar gente joven, nueva sangre, como se dice, no permitir la permanencia de antiguallas y momias de museo, ni llevar vejestorios de cachucha, que no saben otra cosa que manejar armas.

El electorado debe abrir bien los ojos y elegir para las curules de la Asamblea y los cargos de concejales elementos que se comprometan y se propongan continuar llevando al pueblo luchador por el sendero hacia un nuevo y mejor horizonte; que estén dispuestos a consolidar las bases del desarrollo social y económico favorable para los sectores de menores recursos, que al volverse fuentes productivas brinden soporte a la economía nacional.

El pueblo debe estar advertido de la falsedad de las encuestas interesadas y manipuladas que muestran porcentajes engañosos de intenciones de voto. A estas horas, la inmensa mayoría de ciudadanos está bien clara y consciente de que su voto debe ser la moneda con la que reditúe a quienes sabe que llevan las mejores y más sanas intenciones de servir a la gente, al pueblo, a darle lo que le quedaron debiendo, a devolverle lo que le robaron los que gobernaron antes de ahora.

Al ejercer el sufragio, que el elector se acuerde de abrir bien los ojos y reconocer la bandera y el rostro correctos. El destino de la Patria no permite equivocaciones. Y si no reconoce a nadie ni nada del PARLACEN, no importa. Total que esa será una acción espuria. Nadie sabe qué hacen o han hecho allí las gentes que van a parar allí como a un depósito de chatarra. Eso sí, succionando buenos recursos de los presupuestos de los países que amamantan tan inútil hipopótamo.

Con estas elecciones próximas, el pueblo saber perfectamente lo que quiere y por dónde debe seguir el rumbo, sin desviarse. Ha constatado que esta vez el cambio si fue para mejorar. Y no se confiará, no permitirá que quieran torcerle el sendero, y menos hacerle que retroceda a un ayer de marginación y  discriminación.

Dios quiera que no haya injerencias foráneas de último momento que intenten escamonear los resultados electorales que determinen la voluntad de continuar por el camino de la prosperidad, la paz, la libertad. Hay que tomar nota de que ya, los que presienten la derrota, andan hablando de “posibles fraudes” –los mismos fantasmas y espectros de los que ellos echaron mano en épocas recientes para agenciarse victorias que no ganaron limpiamente en las urnas.

Conciudadanos: estemos claros todos con la consigna inapelable: ¡A ARRASAR CON LA ASAMBLEA LEGISLATIVA y con los GOBIERNOS MUNICIPALES en todo el territorio nacional!

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