Los Angeles/AFP
California alberga varias de las ciudades que lideran un índice de las urbes más contaminadas de Estados Unidos publicado el miércoles, en un momento en que el gobierno del presidente Donald Trump impulsa una flexibilización de las rigurosas normas medioambientales del estado.
El estudio de la Asociación Estadounidense del Pulmón señala que el área comprendida entre Los Ángeles y Long Beach es la más contaminada por ozono del país, y la número cuatro en el renglón de contaminación por partículas.
Otras ciudades de este gigantesco estado, el más rico y poblado del país con 39,5 millones de habitantes, forman parte de esta triste lista: San Diego y la región de San Francisco, así como la zona del Valle Central (Visalia, Fresno, Bakersfield), un área con mucha actividad agrícola y petrolera.
Fuera de California, Phoenix, Las Vegas, Denver, Nueva York y Houston son las más contaminadas por ozono; Pittsburgh, Lancaster, Filadelfia, Cleveland, Indianápolis y Detroit, por partículas.
El informe destacó que la contaminación por ozono empeoró considerablemente en el período 2014-2016, pero resaltó que hubo avances en la lucha contra la contaminación por partículas.
«El reporte de este año es prueba de que Estados Unidos debe continuar su lucha contra el cambio climático y ejecutar la ley del Aire Limpio [Clean Air Act] para proteger a la nación de un aire insalubre».
La asociación resaltó también que una de cada cuatro personas en Estados Unidos (133,9 millones de personas) está expuesta a niveles peligrosos de contaminación, tras un aumento reportado entre 2013 y 2015.
Los mayores progresos se han logrado en la contaminación por partículas por las regulaciones que obligan a tener autos y fábricas limpias.
California protestó la decisión de la Agencia federal de Protección del Ambiente (EPA) de suavizar la normativa anticontaminación para la industria automotriz.
La medida forma parte de un plan del gobierno del presidente Donald Trump para desmontar el «plan climático» de su antecesor Barack Obama, que incluye forzar a California a relajar también su propia y muy estricta normativa.