Samuel Amaya
@SamuelAmaya98
La diputada por el partido, VAMOS, Claudia Ortiz, sostuvo en el programa de entrevista “Encuentro con Julio Villagrán” que ha llegado a la conclusión que el centro de la labor no está dentro de la Asamblea legislativa, sino fuera. “Es bien evidente lo que hay que atender: agua, comida y vivienda”. Y para ello, el Estado debe de sacrificarse antes que los propios salvadoreños. La diputada Ortiz cuestionó si los salvadoreños han tomado medicina amarga o veneno rancio.
A esto sumándole que existe poco interés de la Asamblea Legislativa por legislar en temas que afectan a la población, “en la Asamblea hay poca actividad. Las comisiones no entran al meollo del asunto. O convocan comisiones y las suspenden 20 minutos antes. Pero hay cosas urgentes que atender”, planteó la legisladora.
Por ejemplo, planteó Ortiz, la canasta básica rural ha aumentado $35 dólares; y la urbana, $55. “¿Qué es esto para un salario mínimo de $360? ¿Qué debería estar haciendo el país en este tema que atribula tanto al asalariado y al trabajador que no está en planilla?”
Por ello, el objetivo que se debería de tener para los próximos 5 años es que el país recupere su capacidad de producir alimentos; no de importar alimentos, que es lo que se ha venido haciendo, agregó la legisladora.
“Necesitamos un apoyo directo al sector agropecuario; que los agricultores cuenten con subsidios que los protejan cuando sus cosechas se echan a perder por eventos extremos. Hay que definir, como política pública, qué se va a producir y quiénes necesitan más apoyo”, comentó Ortiz.
Sobre las acciones del Gobierno, la diputada Ortiz cuestionó si los salvadoreños han tomado medicina amarga o veneno rancio; “¿quiénes harán los sacrificios? desde nuestro punto de vista, los más vulnerables, los más pobres, los que están fuera de la economía del hogar, las trabajadoras del hogar no deberían ser los sacrificados”.
El primero en hacer los sacrificios debería ser el Estado y los sacrificios no deben ser despidos masivos, sino una administración más responsable del dinero explicó Ortiz.
Un ejemplo del veneno rancio que se le ha dado a la población es que el gobierno ha hecho un acuerdo con las AFP para no pagar la rentabilidad del fondo de pensiones de todos los trabajadores durante cuatro años. Otro ejemplo del veneno rancio que planteó la legisladora es que han recetado que se destine más a pagar deuda que a invertir en educación o salud; “que no se le pague a la UES; que cuando entra dinero de exceso de recaudación de IVA, la mitad vaya para CAPRES”.
La opositora consideró que se necesita un pacto social para que el Estado tome la medicina amarga, que rinda cuentas; y que la recaudación de impuestos sea más justa: donde los que tienen más, aporten más; y los que tienen menos, aporten según su capacidad.