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@elder_gomez_2
El Obispo Auxiliar de San Salvador, healing Gregorio Rosa Chávez, and anunció que el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Convivencia (CNSCC), doctor un organismo multisectorial creado por el gobierno, no descarta dialogar con las pandillas y otros grupos criminales para “parar este baño de sangre cuanto antes” en El Salvador.
“El diálogo siempre se aceptó como camino en el Consejo, la cuestión es quién lo hace y cómo lo hace”, aseguró el prelado de la Iglesia Católica, quien reconoció también el principio universal de que “no se puede negociar con delincuentes”.
“Pero sí se puede dialogar (con las pandillas), hay otra gente que lo puede hacer en un esquema que sea concertado”, reiteró el religioso, quien la víspera asistió al congreso a la declaratoria de “Hijo Meritísimo de El Salvador” del Beato Oscar Arnulfo Romero.
“Hay que dialogar, solo que quién lo hace y cómo lo hace, es lo que estamos en este momento conversando (en el CNSCC), porque hay que parar este baño de sangre cuanto antes, y se puede”, enfatizó el prelado católico.
Gobierno no negocia
El presidente Salvador Sánchez Cerén, sin embargo, ha reiterado que no negociará con las pandillas ni otros grupos criminales que mantienen en zozobra a centenares de salvadoreños, principalmente a los residentes en zonas populosas de este país.
Además, reconoció que esos grupos delincuenciales mantienen en zozobra a los pobladores de 50 de los 262 municipios que tiene El Salvador.
Grupos de pandillas han atacado en los últimos días postas policiales y militares que han dejado casi una treintena de miembros de la corporación policial y del ejército, así como decenas de pandilleros muertos y detenidos.
La ola delictiva que azota a El Salvador se incrementó este año luego de que el gobierno trasladara a principios de año a los principales líderes de pandillas de prisiones comunes a cárceles de “máxima seguridad” en varios puntos del país, y luego de haberse roto una “tregua” facilitada por las anteriores autoridades salvadoreñas en un intento por frenar la inseguridad en este país.
Al respecto, el religioso dijo que los ataques a postas policiales y militares perpetrados en los últimos meses en El Salvador, “crispa mucho el ambiente”.
“Ésto provoca reacciones viscerales, que tienen sabor a venganza o a revancha en ambos lados y allí es donde se necesitan voces y también puentes para que se encuentren los caminos”, explicó.
Reconoció que el incremento de acciones delictivas en El Salvador “nos desbordó” los planes iniciales para contrarrestar la ola de violencia en este país, porque “la realidad nos ha sobrepasado”.
No obstante, aseguró “que el (actual) panorama nos permite hacer una hoja de ruta adecuada”, porque “es gravísimo el momento, (y) hay que ser muy conscientes de ello y tenemos que ser todos actores para que logremos superar la situación”.
También aseguró que “es difícil para un gobierno reconocer cuándo las cosas se le van de la mano, sin embargo, es un paso necesario ser honesto en ver la realidad para poderla cambiar… La preocupación existe (en el gobierno), también se aceptan los datos (de asesinatos)… aunque los análisis son diversos”.
“Tenemos que escucharnos todos – añadió el sacerdote -, y buscar todos juntos la solución”, acotó.
