Por Nicolas Revise/Laurent Barthelemy
Washington/AFP
Los 68 países que combaten al grupo Estado Islámico (EI) en Irak y Siria se reúnen este miércoles en Washington, mientras el presidente Donald Trump promete acabar con los yihadistas a pesar de la debilidad de la coalición por desacuerdos estratégicos.
La cita representa un bautizo de fuego para el muy discreto secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, quien recibirá a decenas de homólogos extranjeros, algunos inquietos por el riesgo de unilateralismo del gobierno de Trump.
El actual presidente estadounidense fue elegido sobre la base de un programa nacionalista e aislacionista, y pretende aumentar el presupuesto de la defensa en 10%, contra una baja de 28% en los recursos para la diplomacia.
En ese contexto, demandó al Pentágono preparar un plan completo destinado a acabar con el grupo EI y «erradicar del planeta a ese enemigo abominable».
Al recibir el lunes en la Casa Blanca al primer ministro iraquí, Haider al-Abadi, Trump reafirmó su determinación de «deshacerse» de esta organización sunita ultra radical y se congratuló por los progresos de las fuerzas de Bagdad para retomar Mosul, la segunda ciudad de Irak.
Al-Abadi pidió por su parte que la ayuda estadounidense «se acelere».
Las fuerzas iraquíes, apoyadas por la coalición internacional antiyihadista, lanzaron el 17 de octubre la ofensiva para recuperar Mosul, el último gran bastión del EI en Irak. Después de haber conquistado a fines de enero los barrios orientales, las fuerzas iraquíes desarrollan desde el 19 de enero una operación sobre el oeste de la ciudad.
El Pentágono estima que la victoria en Mosul es inevitable, a pesar de los duros combates que se esperan en esa ciudad.
Coalición anuncia investigación
Pero esta reunión de la «coalición mundial antiyihadista» corre el riesgo de quedar dominada por la muerte de al menos 33 civiles cerca de Raqa -capital de facto del EI- en un ataque presuntamente perpetrado por esta coalición sobre una escuela en la que se refugiaban personas desplazadas.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), la coalición internacional dirigida por Estados Unidos mató a los 33 civiles el martes por la mañana, en el sur de Al-Mansoura, una ciudad tomada por el EI en la provincia septentrional de Siria.
Este miércoles la coalición informó que iniciará una investigación sobre el ataque contra civiles.
«Como hemos llevado a cabo varios ataques cerca de Raqa brindaremos esas informaciones a nuestro equipo que investiga sobre las víctimas civiles», dijo un portavoz militar estadounidense
¿Cómo y con quién?
En cuanto a Siria, Raqa, la capital de facto de los yihadistas, se encuentra casi aislada del mundo y las principales vías de comunicación copadas por las fuerzas kurdo-árabes aliadas de la coalición.
Los militares estadounidenses piensan que los yihadistas ya no podrán controlar más que un último bastión en el valle del Éufrates, Deir Ezzor, en el este del país.
El Pentágono esima que el EI ha perdido el 65% de los territorios que detentaba durante su apogeo en 2014.
Incluso así, la coalición está debilitada por desacuerdos entre algunos países sobre la estrategia a seguir tanto en Raqa como Mosul.
Estados Unidos y Turquía están enfrentados sobre las fuerzas que deben conducir el asalto final a Raqa.
Ankara no quiere que participen las milicias kurdas YPG, a las que considera como grupo «terrorista». Sin embargo, esas milicias son la punta de lanza de la coalición árabe-kurda de las Fuerzas Democráticas Sirias, que el Pentágono considera que son las mejores para retomar Raqa rápidamente.
Una opción sería equipar a las fuerzas kurdas con armas pesadas. Otra, más aceptable para Turquía, sería despachar refuerzos estadounidenses para apoyarlas.
El Pentágono prevé también enviar un millar de soldados suplementarios a Siria, con lo que se duplicaría la fuerza de 850 militares estadounidenses desplegados en ese país devastado por la guerra desde marzo de 2011.
Por otro lado, la coalición debe responder la pregunta sobre el futuro estatus de los territorios liberados en Siria: autonomía bajo una forma u otra, o regresar al seno del régimen sirio.
Revitalizadas por el apoyo militar ruso desde septiembre de 2015, las fuerzas sirias han progresado en el norte del país y están muy cerca de Minbej, una ciudad liberada por los kurdos.
Del lado francés, un responsable diplomático dijo que esperan «las respuestas» de Washington sobre «cómo y con quién» Raqa debe ser reconquistada.
La ofensiva sobre Mosul, que podría concluir a mediados de año, también causa disensiones entre los aliados.