Por Jerome Cartillier
Washington/AFP
El Colegio Electoral de Estados Unidos votó formalmente el lunes a Donald Trump como nuevo presidente, ignorando la intensa campaña para que sus integrantes cambiaran su voto, un mes y medio después de su victoria sobre Hillary Clinton.
Trump selló la victoria al superar los 270 votos necesarios dentro del Colegio, y de esa forma sucederá el 20 de enero al actual ocupante de la Casa Blanca, Barack Obama.
Tras conocerse el resultado, Trump prometió para unificar a un país dividido.
«Con este paso histórico podemos mirar hacia el futuro brillante que tenemos por delante. Trabajaré duro para unir a nuestro país y ser el presidente de todos los estadounidenses», dijo en un comunicado, en el que también agradeció al pueblo estadounidense por haberlo catapultado a la Casa Blanca.
Estados Unidos cuenta con un sistema de elección presidencial indirecta y las reuniones del Colegio Electoral raramente atraen la atención, aunque este año, con la victoria de Trump, se convirtió en el centro de una intensa polémica.
La personalidad de Trump, el tono extremadamente agresivo de la campaña y el hecho de que Clinton haya claramente superado a su rival republicano en el voto popular (por una diferencia de más de 2,5 millones de votos, según un recuento aún provisorio) dieron al pronunciamiento del colegio un relieve particular.
Como resultado de las elecciones, Trump obtuvo 306 grandes electores en el Colegio Electoral, contra 232 de Clinton, en una disputa en que el vencedor precisa de 270 apoyos para ser declarado vencedor.
Los críticos de Trump soñaban con que la presión social llevara a los grandes electores designados para votar por el polémico millonario cambiaran de idea.
Paradoja
Pero no se dio tal rebelión. Por lo menos un delegado del Colegio Electoral con la responsabilidad de votar por Trump había adelantado que no cumpliría con su compromiso, por lo que recibió centenas de cartas y mensajes tanto de condena como de apoyo, y algunas amenazas.
En la noche del domingo, el cineasta Michael Moore ofreció pagar las multas a las quedasen expuestos los grandes electores por incumplir la obligación de votar por Trump.
Moore presentó así su oferta: «es evidente que no puedo ni pretendo darte dinero para que votes, pero si votas con tu conciencia y eres sancionado por eso, personalmente me presentaré y pagaré tu multa, algo que tengo derecho de hacer».
Empero, los esfuerzos fueron infructuosos.
Paradójicamente, de acuerdo con el sitio especializado Politico, por lo menos siete electores de Clinton trataron de votar contra ella, aunque tres de ellos fueron sustituidos a último momento por personas que mantuvieron el compromiso.
En el estado de Washington (noroeste del país), tres electores demócratas ignoraron a Clinton y votaron por el exsecretario de Estado Colin Powell, al tiempo que el cuarto lo hizo en favor de un activista local, apuntó Politico.
Demócratas divididos
Las denuncias de los servicios de inteligencia estadounidenses de que Rusia operó en favor de Trump durante la campaña electoral agregaron aún más picante al debate.
Diez grandes electores (nueve demócratas y un republicano) habían dirigido una carta abierta a James Clapper, director saliente de la Inteligencia Nacional, para ser informados acerca de la investigación realizada sobre este tema antes de emitir su voto.
La demanda fue apoyada por John Podesta, exdirector de campaña de Hillary Clinton, miles de cuyos mensajes electrónicos fueron pirateados en las semanas precedentes a la elección y divulgados en Internet. Clapper no contestó.
«La verdadera cuestión consiste en saber por qué los demócratas (…) tratan de todas las maneras posibles de deslegitimar el resultado de la elección», había protestado el domingo Reince Priebus, que a partir del 20 de enero será el secretario general de la Casa Blanca.
El muy activo grupo «Hamilton electors», respaldado por el cineasta Michael Moore, convocó a manifestaciones para este lunes en todo el país con el fin de que los grandes electores decidan su voto «de manera consciente».
Pero no todos los demócratas respaldaron la iniciativa. Muy lejos de ello.
Además, la convocatoria congregó apenas a algunas decenas de personas en la capital y algunos estados.
«Aun estando de acuerdo con las preocupaciones que suscitan esta elección y Donald Trump, la mayoría de los grandes electores se atendrá, y debería atenerse, a los resultados de las urnas», había estimado, David Axelrod, exasesor de Barack Obama, el domingo en Twitter, alertando que una votación contraria «destrozaría el país».