Por Alba Tobella
Bogotá/AFP
Colombia superó a Siria como país con más desplazamiento forzado interno, con 6,9 millones de personas en las últimas tres décadas que abandonaron sus hogares por la violencia, 14% de su población, informó la agencia de la ONU para los refugiados.
«Colombia, con una crisis prolongada, continuó siendo el mayor país en desplazamiento interno (6,9 millones)», indicó Acnur en un comunicado fechado conjuntamente en su sede de Ginebra y en Bogotá, en el que aclaró que la cifra corresponde al dato acumulativo desde 1985 hasta 2015 de víctimas reconocidas por el gobierno colombiano.
En esta categoría de desplazamiento interno que lidera Colombia, con una población de 48 millones de personas, el informe sitúa a Siria en segundo lugar con 6,6 millones, seguido de Irak, con 4,4 millones.
«Es una cifra enorme y si no se reintegra esta población desplazada, no habrá paz», dijo a la AFP Martin Gottwald, representante adjunto de Acnur en Colombia.
El conflicto armado que vive Colombia desde hace más de medio siglo, que ha involucrado a guerrillas, grupos paramilitares y fuerzas del Estado, ha sido la primera causa de desplazamiento forzado, pero el proceso de paz entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunista), principal guerrilla del país, ha disminuido los hostigamientos a la población civil.
Sin embargo, en el país también pesa la violencia de las bandas narcotraficantes y de grupos armados ilegales que preocupan a los defensores de derechos humanos.
«Hoy el desplazamiento está forzado en primer lugar por esos nuevos grupos», agregó Gottwald, quien asegura que en 2015 se registraron unos 150.000 nuevos desplazados y en 2016 volverán a superar los 100.000.
De la violencia a la pobreza
Alrededor de 80% de los desplazados internos en Colombia viven en situación de pobreza y 30% de ellos, en la indigencia, alertó Acnur.
Además de los 6,9 millones de desplazados, la conflagración interna colombiana deja ya unos 260.000 muertos y 45.000 desaparecidos, entre otras víctimas de secuestro, violencia sexual, despojo de bienes, reclutamiento de menores y minas antipersona.
Los diálogos con las FARC, con sede en Cuba desde noviembre de 2012, se encuentran en su recta final, con un alto al fuego unilateral de la guerrilla declarado en julio pasado, y el consiguiente cese de los bombardeos por parte del gobierno.
La estatal Defensoría del Pueblo, que vela por los derechos humanos en Colombia, destacó este lunes la incidencia del proceso de paz en la reducción del desplazamiento forzado, aunque alertó sobre otras amenazas, como el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), segunda guerrilla activa, y las bandas criminales surgidas a partir de la desmovilización de los paramilitares a instancias del gobierno entre 2003 y 2006.
«Pese a una disminución del 44% en las cifras de este fenómeno estrechamente ligado al conflicto armado (…) el acumulado de personas desarraigadas sigue siendo alto», advirtió la Defensoría en un comunicado.
El organismo humanitario manifestó además su «preocupación ante la creciente relación entre el desplazamiento forzado y factores como la minería ilegal y los intereses alrededor de la restitución de tierras».