Bogotá/PL
En medio hoy de expectativas por un posible arreglo del pacto de paz, delegados del Gobierno colombiano y de las FARC-EP discuten por cuarto día propuestas llegadas a la mesa de diálogo, debate que avanza pese a su complejidad.
Según el presidente Juan Manuel Santos, no obstante lo espinoso de los asuntos por dilucidar, ambas partes tienen disposición para llegar a un nuevo acuerdo, que refleje el sentir de la mayoría de los ciudadanos.
Nos queda camino por recorrer, temas por solucionar, por eso el equipo negociador del Ejecutivo seguirá trabajando en Cuba sin descanso con el objetivo de terminar con éxito la misión de alcanzar dicho consenso, subrayó el mandatario la víspera desde la Casa de Nariño.
En una alocución el gobernante afirmó que la labor de ambas delegaciones ha sido muy intensa y que como resultado de la nueva ronda de conversaciones consiguieron avanzar en acápites como apertura democrática, reforma rural y lucha contra el tráfico ilícito de drogas.
Asimismo hemos logrado aproximaciones y acercamientos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) sobre el muy difícil tema de justicia y reparación a las víctimas del largo conflicto, considerado el corazón de la negociación.
Tales discusiones giraron en torno a cuestiones como la conformación del tribunal especial -que estará encargado de investigar, juzgar y sancionar a responsables de la conflagración-, su tiempo de duración y la articulación con la justicia ordinaria, dijo.
Santos y el líder de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, suscribieron el 26 de septiembre el llamado Acuerdo Final con el que se comprometieron a terminar la confrontación, documento rechazado posteriormente por la mayoría de los participantes en el plebiscito del 2 de octubre.
A partir de entonces el jefe de Estado decidió abrir escenarios de encuentro con simpatizantes del voto negativo y otros sectores a fin de enviar sus propuestas a La Habana donde portavoces gubernamentales y de ese movimiento, el principal involucrado en la guerra interna, discuten ahora la posibilidad de modificar el texto ya rubricado.
En declaraciones a Caracol Radio el vocero de las FARC-EP Marcos Calarcá admitió este martes que hay preocupación en las bases insurgentes y en la población por la demora en la implementación del tratado de paz.
En las actuales circunstancias -dijo- el proceso pacificador es frágil, porque el cese el fuego bilateral decretado desde finales de agosto forma parte de un pacto que no se ha logrado validar ni ejecutar íntegramente.
Calarcá comentó que las FARC-EP no han iniciado el desarme y permanecen agrupadas en diferentes sitios del país, a la espera de su paso hacia los proyectados puntos y zonas de transición donde -en correspondencia con lo previsto inicialmente- deberán dejar las armas y comenzarán a prepararse para su reincorporación a la vida civil.
Políticos como el senador Iván Cepeda han insistido en la necesidad de refrendar e implementar cuanto antes el convenio con ajustes para dejar atrás esa situación de incertidumbre e interinidad.
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