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Colón, la vieja saga de una provincia panameña abandonada

Por Mario Hubert Garrido

Corresponsal de Prensa Latina en Panamá

El histórico abandono por parte del gobierno panameño de la oriental provincia de Colón y sus alarmantes indicadores de desigualdad, contrastan con los aportes del territorio a la economía nacional, aseguran dirigentes sociales.

“Todos los gobiernos prometen cosas y no cumplen, y después esto se va complicando, porque hay oportunismo de parte de actores políticos y se aprovechan de la situación social y comienza el caos”, señaló Diógenes Galván, líder comunitario y excandidato independiente a la Alcaldía de Colón en 2019.

Otros como Edgardo Voitier, de la Coalición Unidos por Colón (CUCO), aseveraron que la actual situación los llevó a tomar nuevamente las calles en un paro general ahora indefinido, luego de sostener una reunión el 12 de mayo con el presidente de la República, Laurentino Cortizo, pero sin las respuestas concretas esperadas.

Cómo enfrentar el alto costo de la vida, los precios galopantes de los combustibles y una terminal de transporte que nunca llega, no recibieron ninguna reacción por parte del gobernante, dijo Voitier.

Para Orlando García, otro dirigente del sector transporte, el encuentro con el mandatario en la escuela Abel Bravo fue “una burla”, ya que no se dieron respuestas a los temas más importantes del pliego de peticiones.

El mandatario prometió a los dirigentes de CUCO y del Frente Amplio Colonense que atenderá las peticiones hechas y los invitó a una nueva cita la próxima semana, sin definir dónde.

Mencionó que en 15 días se dará la orden de proceder para el reinicio de la construcción del nuevo hospital Manuel Amador Guerrero, una de las principales demandas de los colonenses.

Además, se comprometió a extender el programa de mil 700 plazas de empleos a través de la Dirección de Asistencia Social e implementar el programa de empleos Aprender Haciendo, de conjunto con la Cámara de Comercio, la Asociación de Usuarios de la Zona Libre de Colón y los puertos de contenedores.

Cortizo informó sobre los avances de algunos proyectos como Recuperando mi Barrio, la construcción y mejoras a coliseos deportivos. Sobre este último punto, el director de Pandeportes, Héctor Brands, anunció que se invierten 56 millones de dólares en el estadio Mariano Bula, cuyos trabajos deben culminar a finales de 2023.

Asimismo abordaron temas como el abastecimiento de agua, la educación, la terminal de buses y regular el precio de combustible, pero sin respuestas concretas.

Tras jornadas de cierre de avenidas, manifestaciones y enfrentamientos violentos entre la población colonense y la Policía, la expectativa se centraba en la visita del mandatario y la respuesta que ofrecería a viejos compromisos hechos en 2021.

De otra parte, diversas organizaciones sindicales de Panamá condenaron en la capital las políticas neoliberales del gobierno y manifestaron su solidaridad con la causa de los colonenses.

Durante una multitudinaria concentración en las inmediaciones de la Universidad de Panamá, el coordinador del Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales (Frenadeso), Jorge Guzmán, señaló a Prensa Latina que esta es apenas una primera manifestación del pueblo honesto y trabajador, el cual sufre las consecuencias del manejo corrupto de la economía.

PROMESAS DE 2021

El 5 de noviembre de 2021, una revuelta social similar también hizo que Cortizo viajara a Colón y se comprometiera son el desarrollo de la provincia.

“Me siento obligado como pocos a cumplirle a los colonenses, a procurar que durante nuestro gobierno se emprendan y culminen obras que impacten de manera trascendental la vida de la provincia”, aseveró entonces.

Entre la lista de promesas incluyó la reconstrucción de la histórica casa Wilcox y la orden de proceder para restaurar el colegio Abel Bravo, donde se construiría un “centro cultural integral”, proyectos con un valor de 27,2 millones de dólares.

Anunció el reinicio de la construcción del hospital Manuel Amador Guerrero (174 millones de dólares) y del estadio de béisbol Roberto Mariano Bula (18,6 millones de dólares). Sin embargo, de acuerdo con líderes comunitarios las obras van a paso lento, y muchas de ellas están empantanadas en litigios legales y con problemas de presupuesto.

Mientras tanto, en la provincia el desempleo se incrementa día a día, ahora oscila entre 20 y 30 por ciento y la población se siente asfixiada por el alto costo del combustible y su impacto en la canasta básica y otros bienes, como explicara a Prensa Latina Felipe Cabeza, vicecoordinador del Frente Amplio Colonense (FAC).

Por otra parte la reactivación económica, de acuerdo con la Cámara de Comercio de esa provincia, no despega y la prueba está en que el 28 por ciento de los comercios cerraron luego de la pandemia por la Covid-19.

PROTESTAS EN LAS CALLES

Durante casi una semana, Colón devino escenario de cierres de avenidas, marchas, empresas cerradas y también actos vandálicos en contenedores del Ferrocarril que obligó a cerrar sus operaciones.

Las escuelas suspendieron las clases y hubo cuantiosas pérdidas económicas en la provincia, donde operan tres importantes puertos y es la segunda zona franca mayor del mundo, después de Hong Kong.

Para muchos de los colonenses, el gobierno crea lo que llaman mesas de negociación, allí llueven los compromisos que luego no cumplen y por eso ocurren estas manifestaciones.

Cabeza indicó que el pliego de peticiones incluye la culminación de una terminal de transporte, y mejoras en las infraestructuras de educación y vivienda, así como tramos carreteros. También exigimos reducir los altos precios del combustible y los alimentos básicos, y atender las altas tasas de desempleo con nuevos proyectos, indicó.

El paro general iniciado el pasado lunes 9 de mayo, y durante los tres primeros días Colón devino escenario de cierres de vías y enfrentamientos violentos entre los manifestantes y unidades de la Policía Nacional, con saldo de heridos, algunos de ellos graves, y decenas de detenciones.

Igualmente se produjeron actos vandálicos que líderes colonenses como Voitier rechazaron y afirmaron se alejan del espíritu de la genuina protesta.

PARTIDOS POLÍTICOS EN CAMPAÑA

Para Guzmán, de Frenadeso, algo más peligroso es la infiltración dentro de las protestas de algunos diputados como Jairo Salazar, del gobernante Partido Revolucionario Democrático (PRD), en su campaña electoral de cara al IX Congreso Ordinario el 15 de mayo.

El dirigente social comentó a Prensa Latina que los responsables del deterioro de Colón ahora se erigen como líderes de las manifestaciones, pero incitan a la violencia, nada más ajeno al espíritu justo de los reclamos sociales.

Las protestas están comandadas por varios grupos. Por un lado está CUCO, que tiene como cabeza a Voitier, hombre que por años promovió marchas en reclamos sociales. Se les han unido gremios profesionales, de educadores, de jubilados y de desempleados, entre otros.

Pero también la fracción que encabeza el legislador Salazar, de la bancada del PRD en la Asamblea Nacional (parlamento), a quien que se le vio incitando a lanzar bombas molotov y otros elementos para defenderse de la “represión” de la Policía Nacional.

Para el abogado penalista Rosendo Rivera, el papel que tuvo el diputado en medio de estos sucesos podría constituirse “en apología del delito y sedición”, y recordó que incitó a la violencia en medio de los duros enfrentamientos.

En las revueltas de Colón también podría estar gravitando el componente político, agregó el letrado en declaraciones al diario La Prensa.

Sobre el tema, el presidente de la Cámara de Comercio Industrias y Agricultura de Colón, Michael Chen, recordó que el 15 de mayo serán las elecciones de un partido político muy grande (PRD) y lamentablemente usan estas causas para dejar sus objetivos bien claros.

IMPACTO ECONÓMICO

Los días de protesta en la ciudad caribeña dejan huella en la actividad económica del país. De acuerdo con empresarios como Chen, la situación actual resquebraja la confianza del sistema logístico, la industria turística y el comercio, y se enfrentan pérdidas millonarias.

Los cierres de calles y avenidas provocaron la paralización de los tres puertos de ese sector, el ferrocarril y la Zona Libre de Colón (ZLC).

Solo en la ZLC se calcula por cada día de cierre la pérdida entre 10 y 20 millones de dólares en ingresos, que no registraron debido a la suspensión de las operaciones, sin sumar la carga y contenedores que no se pudieron mover por el ferrocarril.

El comercio colonense igualmente se vio afectado en el centro de la ciudad, porque para evitar actos vandálicos y de saqueos, los comerciantes empezaron blindaron sus vitrinas y los clientes no llegaron ante el temor de quedar atrapados en medio de las reyertas.

Una opinión similar tiene Thomas Kenna, presidente de Panamá Canal Railway, que opera el ferrocarril de carga y pasajeros y se vio obligado a suspender operaciones desde el pasado 10 de mayo.

Distintos gremios empresariales, como la Cámara Marítima de Panamá y el Consejo Empresarial Logístico, pidieron al Gobierno que encuentre los mecanismos para evitar estos cierres, los cuales causan graves consecuencias al país como centro logístico y de transbordo de carga para la región.

La provincia de Colón aporta importantes ingresos al Producto Interno Bruto panameño, pues además de las operaciones de la vertiente atlántica del canal interoceánico, tiene tres puertos, la segunda zona de libre comercio más grande del mundo y la mayor mina de cobre a cielo abierto de Centroamérica, sin embargo, muestra indicadores preocupantes en desempleo y pobreza.

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