– Rolando Alvarenga –
Confieso que, porque no debió trascender, – porque la ropa sucia se lava en casa-, el reciente y público escándalo político-deportivo que tuvo como protagonistas al Campeón Mundial de Físico, Yuri Rodríguez, a ciertos los diputados y al Presidente del INDES, Yamil Bukele, me llegó a poner en el fuego cruzado, por la cola que traerá.
Lo anterior porque al abrirse una Caja de Pandora, salieron a bailar públicamente ciertos números, términos y párrafos fuertes que más temprano que tarde van a marcar un antes y un después de este drama que en pocas horas alborotó las redes sociales, incluyendo una excesiva e inaceptable supuesta velada amenaza de bolsa negra contra Rodríguez.
Una síntesis de este inédito penoso y lamentable escándalo es la siguiente: A pocas horas de haber retornado de España, Yuri cuestionó a ciertos diputados que aspiraban a entregarle un diploma de “Notable Deportista” exhortándolos a no querer subirse al caballo del campeón y horas después el titular del INDES reveló las cifras financieras otorgadas a Yuri en los últimos tres años, sosteniendo que «Yuri es el atleta que más apoyo recibe del INDES”.
Revelación que propició una serie de mensajes en las redes sociales, en su mayoría descalificando a Yuri quien su intervención vía Instagram defendió su derecho a la declinación ante la iniciativa de ciertos diputados, afirmando no haber mencionado nunca al INDES. El caso es que en el estira y encoge se lastimaron sensibilidades y quien sabe sí las cosas vuelvan a ser como antes de la escaramuza. Es que voluntaria o involuntariamente, cada quien se puso en evidencia, aportando sus fósforitos para darle fuego al cañal. Honestamente y por las consecuencias, me duele mucho que el jabón se les haya ido de las manos.