Por Fulya Ozerkan/Sara Hussein
Mursitpinar/Beitur/AFP
Turquía pidió el martes una operación terrestre en Siria para combatir al grupo Estado Islámico que penetró en la ciudad kurdosiria de Kobane, troche situada en la frontera turca y donde se desarrollan violentos combates callejeros.
Kobane está «punto de caer», unhealthy declaró el martes el presidente turco ante refugiados sirios en un campamento de Gaziantep (sur).
«El terror no parará» hasta «que cooperemos para una operación terrestre», buy cialis agregó Recep Tayyip Erdogan.
«Los meses han pasado y no hemos conseguido ningún resultado. Kobane está a punto de caer», insistió.
Las fuerzas kurdas y los yihadistas se enfrentaban en violentos combates callejeros el martes en Kobane, a pesar de los ataques de la coalición internacional, considerados insuficientes por los kurdos.
El avance del grupo Estado Islámico en el norte de Siria colocó a Turquía en primera línea del conflicto.
Aunque todavía no intervinieron, las Fuerzas Armadas turcas recibieron la semana pasada la autorización para intervenir en territorio de Siria y de Irak.
Estados Unidos y los otros aliados de la coalición descartaron por el momento cualquier intervención terrestre.
Después de una ofensiva lanzada hace tres semanas para apoderarse de esta estratégica ciudad kurda (norte) en la frontera con Turquía, los yihadistas del EI entraron allí el lunes y ocuparon tres barrios del este venciendo a combatientes kurdos menos numerosos y no tan bien armados como ellos.
Luego extendieron los combates al sur y al oeste frente a combatientes de la Unidades de Protección Popular (YPG), principal milicia kurdosiria.
De ahora en más se trata de una «guerrilla urbana», dijo el director del Observatorio de Sirio de Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahmane.
Desde el inicio de la ofensiva yihadista contra Kobane murieron 400 personas, en su mayoría combatientes de ambos bandos, señaló el OSDH, una ONG con sede en Gran Bretaña.
Si los yihadistas, que ya ocupan grandes regiones del norte y del este sirio, conquistan totalmente Kobane, la tercera ciudad kurda de Siria, lograrán el control de una larga franja ininterrumpida de territorio en la frontera sirio-turca.
Los aviones de la coalición dirigida por Estados Unidos atacaron nuevamente el martes de mañana posiciones controladas por el EI en el sudoeste de Kobane, según una periodista de la AFP en la frontera.
Numerosos habitantes de esta ciudad habían escapado por temor a las represalias de esos yihadistas que siembran el terror en las regiones que controlan en Siria, y también en Irak, donde han cometido violaciones, ejecuciones, persecuciones y otras atrocidades.
Los combates callejeros se dan ahora en los barrios del sur y del oeste de Kobane (Ain al Arab en árabe), indicó el OSDH.
Combatir hasta el último kurdo
Un militante interrogado por la AFP, Mustafa Ebdi, confirmó esos ataques, pero destacó que tenían poco impacto en el avance de los yihadistas, que colocaron banderas negras del EI a unos cien metros al este y al sudeste de Kobane.
Sin embargo, dijo, «los combatientes kurdos siguen siendo optimistas. Ellos sólo tienen armas livianas, pero conocen de memoria la geografía de Kobane. Hasta el último de ellos defenderá la ciudad», sostuvo.
Un responsable kurdo, Idris Nahsen, lamentó que los ataques sean «insuficientes para derrotar a los terroristas en tierra», y pidió armas y municiones.
La ofensiva del EI obligó al éxodo a unos 300.000 habitantes, 180.000 de los cuales encontraron refugio en Turquía.
El EI logró apoderarse de casi 70 aldeas en el camino hacia Kobane.
Por otra parte, se supo el martes que un sacerdote y varios cristianos habían sido secuestrados en Siria por el Frente al Nosra, la rama siria de Al Qaida, que lucha contra el régimen del presidente Bashar al Asad.
La orden franciscana está sin noticias del cura Hanna Jalluf y de los feligreses desde que fueron capturados el domingo por la noche en Qunya (noroeste), cerca de la frontera turca, indicó la Custodia de Tierra Santa en su página web.
En el vecino Irak, el ejército norteamericano utilizó por primera vez helicópteros en su lucha contra el EI, lo que significa una escalada en la gestión del conflicto y expone a mayores peligros a los soldados estadounidenses.
Australia, Bélgica y Holanda realizaron en las últimas 24 horas sus primeras misiones aéreas para la coalición en Irak.