Jartum/Prensa Latina
Atenuados, pero continuos, prosigue hoy la guerra en esta capital y otras ciudades mientras varios países evacuaron la víspera a sus súbditos, incluidos los diplomáticos, evidencia de la desesperanza de un cese de los combates.
La colisión por el poder entre el presidente del Consejo Soberano de Transición (CST) y el caudillo de la milicia Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, inglés), generales Abdel Fattah al Burhan y Mohamed Hamdan Dagalo, sigue a todo vapor con su rastro de muertes y destrucción.
Dada la imposibilidad de proveer estadísticas confiables las fuentes habituales solo se aventuran a referir que los muertos en los combates son cientos y los heridos miles.
Los choques, en los que intervienen artillería, aviación e infantería, está de lleno en su segunda semana sin que los contrincantes den signo de siquiera acordar una tregua que sobreviva algunas horas mientras la población sobrevive encerrada en sus casas en un calor de suplicio sin agua, electricidad y víveres.
Con el paso de las horas más embajadas reportan la salida del país con destino a Arabia Saudita de los funcionarios de sus legaciones, incluidas las de ese reino de la península arábiga; Estados Unidos, Francia, Países Bajos, Reino Unido, Egipto, Países Bajos, Italia, Túnez y Pakistán, entre otros.
El jefe de las RSF aseguró que sus fuerzas apoyaron la evacuación de los estadounidenses, pero fuentes oficiales en Washington lo desmintieron, al parecer con la intención de evitar verse identificado con uno de los contrincantes.
Al mediodía de hoy, esta capital y la ciudad gemela de Omdurmán, a tiro de piedra en la ribera este del río Nilo, siguen sumergidas en una violencia que, en las condiciones actuales, indican que la contienda solo terminará con la derrota de uno de los contrincantes, posibilidad aun remota.