Nueva York/Estados Unidos/AFP
El español Rafael Nadal acude al Abierto de Estados Unidos como número uno de la ATP, como vencedor del último Masters 1000 de Toronto y con un sueño: sumar su cuarto US Open, torneo en el que el argentino Juan Martín del Potro tratará de volver a tocar el cielo, como en 2009.
Nadal, tras una preparación que “ha ido muy bien”, debutará contra su compatriota David Ferrer mientras que ‘Delpo’ se estrenará ante el estadounidense Donald Young.
El español, en lo más alto del ranking de la ATP, necesita llegar a las semifinales para mantener su liderato en el circuito. Y el sorteo lo ha acompañado. No en vano, no chocaría con Del Potro hasta esa instancia y solo podría medirse con el suizo Roger Federer (N.2) o el serbio Novak Djokovic (N.6) en la final.
Del Potro, por su parte, chocaría con el escocés y ex número uno del mundo Andy Murray en tercera ronda, y llega a Flushing Meadows “con las mejores expectativas” a pesar de no haber participado en Toronto por molestias en su muñeca izquierda y de caer hace unos días ante el belga David Goffin en cuartos en Cincinnati.
Un torneo abierto
Federer y Djokovic, que ya se enfrentaron en la final en 2015, podrían chocar en cuartos luego de verse las caras en la última instancia en Cincinnati hace unos días, con triunfo final para el serbio.
Federer, vencedor en Nueva York en cinco ocasiones, sumó su último triunfo en la Gran Manzana en 2008 mientras Djokovic aterrizará en un gran momento de forma una vez superada su lesión en el codo tras coronarse en Wimbledon y Cincinnati.
El suizo arrancará contra el japonés Yoshihito Nishioka y el serbio frente al húngaro Márton Fucsovics.
El torneo, del 27 de agosto al 9 de septiembre, estará este año más abierto que nunca, con una nueva pléyade de jóvenes jugadores como el alemán Zverev (N.4), el austriaco Dominic Thiem (N.9) o el griego Stefanos Tsitsipas (N.15) llamando a la puerta del éxito, buscando derribar el orden establecido, tratando de emular las sorpresas del croata Marin Cilic en 2014 o Wawrinka en 2016.
El pasado y el presente contra el futuro del tenis durante dos semanas en el último Grand Slam de la temporada.